Tres de los mejores profesionales de la danza en Canarias, Paula Quintana, Paloma Hurtado y Daniel Morales, han unido sus probados talentos para dar vida a "Dulces bestias", coreografía dirigida por el tinerfeño Roberto Torres, alma mater de la compañía Nómada.

Esta producción, que se estrena hoy, a las 21:00 horas, en el teatro Leal de La Laguna, es la primera del Centro Insular de Artes Escénicas promovido por el Cabildo de Tenerife, que ha apostado por apoyar trabajos escénicos hechos en Canarias por distintos creadores relacionados con el sector.

Esta pieza, que propone una reflexión sobre la herencia animal que posee la humanidad a partir del uso de atributos animales para trascender su condición y superar las adversidades de la naturaleza, también cuenta con la música compuesta en exclusiva e interpretada por Samuel Aguilar, con la colaboración del violonchelista Miguel Jaubert y del percusionista Juan Javier Rodríguez. El resultado es una "banda" en la que está muy presente el sonido de la naturaleza

El vestuario también es "made in Canarias". La autora es Yaiza Pinillos, que ha fabricado con materiales ecosostenibles, es decir fibras naturales, una serie de "ropajes" que lucirán Quintana, Morales y Hurtado durante la ejecución del montaje, lleno de fisicidad y plasticidad. También destaca la fotografía de Joaquín Ponce de León.

Roberto Torres está muy satisfecho con el resultado de este espectáculo, con una duración de sesenta minutos, que después viajará a Los Cristianos y Candelaria, aunque también ya han mostrado interés por conocerlo y contratarlo en Cáceres, Valencia, Rusia, Irlanda y México.

"Este espectáculo, que reúne a un montón de creadores, es como un canto a la naturaleza de la que cada día estamos más alejados. El hombre para poder trascender su condición ha tenido que evocar a animales, como en el animismo, el mundo totémico o incluso en el horóscopo. Se utiliza al animal para hablar del hombre", explicó Torres, autor y director de la coreografía.

Desde su punto de vista, "hoy vivimos en una jungla de ruidos y asfalto con otras dulces bestias. El hombre moderno invade, destruye, no regenera. El mundo virtual va haciendo desaparecer los sentidos, los olores... Todo eso va a separar aún más al hombre y la naturaleza y cada vez le va a costar más volver. Cuando el hombre se separa de la naturaleza y se coloca en ese sitio de privilegio, de dueño, puede ser un gran caos, porque le ha perdido el respeto. El hombre se comporta muchas veces de forma bestial, violenta, pero también dulce, con ternura. En el fondo se reivindica volver a respetar la naturaleza y disfrutarla, sentirla... Es una pasada lo que el mundo animal aporta a la danza".

La tierra, el agua y el aire son evocados en "Dulces bestias" a través de los movimientos y gestos que definen el lenguaje corporal de cada intérprete, que buscan la armonía con la naturaleza, envueltos es una atmósfera de sonidos que invitan a soñar, ataviados con trajes ecosostenibles muy originales.

Por último, confesó que es un regalo trabajar con estos artistas en un proyecto compartido que les abre una puerta para poder desarrollarse en su propia tierra canaria.