Solo unas semanas después de estrenarse "Los archivos del Pentágono" llega a las pantallas del cine "Ready Player One", la ultima obra de Steven Spielberg. Si en aquella su público era sobre todo mayor de 40 años, en esta el público es básicamente menor de esa edad. Y no es de extrañar ya que los dos protagonistas de "Ready Player One" son dos avatares de dos adolescentes que viven más en el mundo virtual que en el real.

"Ready Player One" sigue la estructura de un videojuego ("Oasis" en el filme) en el que los jugadores se olvidan de sus miserables existencias gracias a un juego en el que creen ser felices. La película de Spielberg funciona a dos niveles. Por un lado como entretenimiento, y por otro lado, invita a una reflexión sobre el mal uso de la realidad virtual que suele hacer la mayoría de la gente.

La primera película que abordó la realidad virtual fue "Proyecto Brainstorm", de Douglas Trumbull, en la década de los 70, luego vinieron "Días extraños", "El cortador de césped" o "Matrix", en los años 90. Si bien es cierto que en el siglo XXI es una experiencia más tangible.

Es curioso que una película que mira hacia el futuro emplee tantos referentes del pasado, desde el coche del protagonista (el Delorean de "Regreso al futuro") a la música (Van Halen, The Bee Gees), pasando por "El Resplandor", que sirve a Spielberg para recrear varias escenas del filme de Stanley Kubrick (la secuencia de la sangre, la falsa joven, la del hacha y la del laberinto). "Ready Player One" no es una gran película, ni siquiera entre las mejores películas de ciencia-ficción de Spielberg ("Encuentros en la tercera fase", "E.T", "Parque Jurásico" o "Minority Report" ostentan ese puesto), pero es un filme necesario.

El mensaje de "Ready Player One" es meridiano: la realidad virtual no es juego. Lo que haces en el mundo virtual tiene consecuencias en el mundo real. Vamos, que hay que pasar más tiempo en la realidad que en el mundo virtual y conectar con gente de carne y hueso.

(13 de abril)

La próxima semana llega a la cartelera española "Rampage", protagonizada por La Roca. Con eso está todo dicho. Cine de acción en la que en esta ocasión le acompaña un gorila enfurecido. Los que prefieran pueden ir a ver el cine de intriga que propone "La casa torcida", adaptación de la novela homónima de Agatha Christie.

Por su parte, la comedia francesa "El buen maestro" se adentra en los prejuicios raciales de forma inteligente. La cinta de animación italiana "Leo Da Vinci" recuerda los múltiples artilugios que inventó Da Vinci durante el Renacimiento. Ya saben, cada película tiene su espectador. No dejen de ir al cine.