El músico y cantante andaluz Lin Cortés (Córdoba, 1976), como buen flamenco, no tiene pelos en la lengua, actitud que traslada a su música. Este maestro de la fusión de estilos, considerado punta de lanza del denominado nuevo flamenco, actuará hoy, a partir de las 20:30 horas, en el Auditorio de San Isidro Espacio Cívico de Granadilla de Abona, y mañana, a la misma hora, en el Círculo de Bellas Artes de la capital tinerfeña. Lo hará junto a su admirado Jorge Pardo, con el que comparte escenario en numerosas ocasiones, y su banda formada por Toni Romero (teclados), David Bao (batería), José Marín (guitarra eléctrica) y Josué Ronkío (bajista).

Este joven intérprete dará un repaso a su primer disco, "Gipsy Evolution" (Evolución gitana), un rosario de temas en los que refleja su espíritu romántico a través de la poesía que encierran sus palabras, mensajes llenos de amor, desamor y esperanza, aunque también roza en alguna de sus canciones la crítica, como en la titulada "Tolerancia", en la que arremete contra la intolerancia hacia determinadas razas, los gays y otros colectivos que sufren actitudes xenófobas y antihumanas.

Cortés, que actúa por primera vez con su proyecto en Tenerife, aunque ya lo ha hecho acompañando a Raimundo Amador, es hijo y nieto de artistas y sobrino del cantaor "El Pele", quien colabora en el álbum junto a Estrella Morente, Alba Molina, La Negra, Lya y Vicente Amigo, entre otros autores a los que aprecia y admira. Todos ellos están presentes en la forma de concebir la música que surge de sus entrañas. También ha trabajado con Enrique Morente, Rosario Flores, Antonio Carmona, Howe Gelb o Buddy Miles, batería de Jimi Hendrix.

Los dos conciertos que ofrecerá en Tenerife, en los que espera interpretar sus canciones durante más de hora y media, estará centrado en su nuevo disco, aunque, confiesa, "haremos alguna cosita más. Siempre jugamos con la improvisación porque nos aburre hacer siempre lo mismo. Tocaremos nuestro repertorio, pero siempre puede pasar cualquier cosa".

Este músico y compositor, que defiende un particular directo en sus conciertos, huye de etiquetas, porque desde pequeño escuchó funky, además de todo el flamenco que le rodeó familiarmente, y rock, sobre todo cuando empezó con Amador. La crítica califica su música como pop con la mezcla de sonidos flamencos, brasileños y soul.

El defiende la fusión del flamenco con otros estilos, pero aseguró que "lo que me da miedo es que se pierda la raíz del flamenco, la melodía. Puedo estar haciendo funky, pero la melodía es flamenca, pero incluso los que hacen el flamenco más ortodoxo no cantan muy flamenco. Qué le vamos a hacer, esto es así. Ha evolucionado. El flamenco se puede combinar con todo, pero siempre que se haga desde la raíz, desde la pureza en el sentido del cante".

En este sentido, comentó que es consciente de que el "quejío", la esencia del flamenco, ha cambiado. "El flamenco, como el blues, nace de una fatiga, de una manera de vivir. La vida ha cambiado mucho. Todo el mundo vive más cómodo y, claro, esa fuerza, ese lamento ya no es el mismo. Se imita, pero no sale tan de verdad porque no se está pasando por ese momento tan duro".

A pesar de esta realidad, Lin Cortés sabe trasladar sus sentimientos con su música y su voz. Lleva en sus venas la herencia de muy buenos músicos, entre otros muchos su tío "El Pele", Camarón, Paco de Lucía, Los Chichos, Las Grecas, Pata Negra, Ketama, Enrique Morente o Manolo Caracol, de quien incluye en su disco "Gipsy Evolution" una versión de "La niña de fuego" que cantaba con Lola Flores como bailaora. Este reconocido flamenco moderno volverá a hacer gala de su "atrevimiento" para arriesgarse a hacer "otra cosa".

Vea en su móvil el videoclip del tema "El alma" de Lin Cortés, incluido en el disco "Gipsy Evolution"