El destino es así de caprichoso. Ocurre no solo en el interior de sus canciones, sino en la vida real. El creador jienense Joaquín Sabina no estará el próximo sábado en Tenerife. La noticia se confirmó en las últimas horas de la tarde del pasado lunes, pero esa posibilidad ya venía circulando desde el sábado, justo cuando se conoció su ingreso en la Clínica Rúber Internacional (Madrid) debido a una trombosis que afectaba a una de sus piernas. Él quiso restarle hierro al asunto con un irónico mensaje que hizo público en Facebook: "Dense prisa si me quieren enterrar pues tengo la costumbre de resucitar...", escribió aún convaleciente, pero la aplastante verdad es que las dos últimas actuaciones de Sabina en la Isla tuvieron un idéntico desenlace: en mayo de 2015 todo estaba preparado para recibir al poeta casi cinco años después de actuar en el recinto ferial capitalino (23-10-10), pero un bastón y la cojera con la que despidió su gira por América del Sur tuvieron el mismo efecto que los comunicados de los Rolling Stones en los que se informaban a sus seguidores, por citar solo un ejemplo, que el espectáculo que estaba a punto de llegar a su ciudad había sido suspendido porque Keith Richards se había caído de un cocotero.

En julio de 2015 los médicos recomendaron a Joaquín Sabina tres semanas de reposo absoluto, pero lo cierto es que nunca más se supo del concierto programado en el campo de fútbol de Adeje. Tenerife (28 de abril), La Palma (30 de abril) y Las Palmas de Gran Canaria (2 de mayo) se han caído de una gira que no se sabe cuándo retomará el andaluz. Diez días de baja médica. Esa es la recomendación que se añade a un parte médico que tiene un recorrido definitivo. De hecho, en la nota del pasado lunes ya se avanza que en las próximas horas se facilitarán nuevos datos para proceder a la devolución del dinero de las entradas. Una "extensa trombosis venosa profunda ileo-femoro-poplitea e infrepoplitea" (o algo parecido) han provocado un nuevo "descarrilamiento" de Sabina en Tenerife.