Es la primera vez que la artista tinerfeña Gladys de Armas se aventura a materializar sus experimentos plásticos con técnicas como el acrílico y la tinta china, medios con los que ha realizado una galería de "retratos" de flores, algunas imaginadas, que nunca antes había abordado en su producción.

Catorce acrílicos sobre lienzo y veinticinco dibujos con tinta china sobre papel conforman la colección que ha titulado "Ensayo para flores", que se exhibe hasta el próximo 1 de mayo, en el espacio cultural La Guayaba, ubicado en el número 32 de la calle Carmen Monteverde de la capital tinerfeña.

Esta pintora, que tiene por costumbre exponer su obra públicamente cada lustro -"me cuesta mucho hacerlo", como aseguró-, ha centrado en esta ocasión su gusto por la estética en el sensible mundo de las flores de las Islas, además de otras tantas, la mayoría de ellas, producto de su imaginación.

"En esta colección me he centrado por primera vez en el mundo vegetal. Nunca lo había hecho antes. La violeta del Teide, la Strelitzia, la violeta de Anaga..., casi todas son de aquí y cada una es diferente a la otra. Quise hacer algo relacionado con las flores, pero el fondo está inspirado en los paisajes del Teide, en la lava. Las flores de los dibujos en tinta china son más inventadas por mí", precisó esta amiga de la naturaleza.

Esta especie de homenaje a las flores autóctonas refleja la evolución que ha marcado la producción de esta autora, que comenzó a pintar en el año 1987 con una obra más bien de corte clásico, con paisajes y otros temas de carácter figurativo, aunque también hizo sus incursiones en el mundo de la abstracción hasta llegar al surrealismo, que marcó el destino de sus últimas series, un mundo onírico que pobló de un conjunto de elementos muy característicos en sus cuadros.

Esta admiradora de Dalí y Óscar Domínguez, entre otros artistas surrealistas, comentó que "he estado con el surrealismo muchos años, desde el 2000, con elementos como el agua, el mar, la doble luna, muchas escaleras, menos esta vez. También el huevo como símbolo de la vida, el nacimiento, la eternidad, del que sale una escalera que se mete en el cielo... Antes eran paisajes al óleo, pero oníricos, producto de mi imaginación. Me gusta el surrealismo, exprimir la memoria, imaginarme cosas, la magia... Me gusta mucho Óscar Domínguez, pero el que más me ha influido ha sido Dalí".

Gladys de Armas, componente de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, se diplomó en Artes Aplicadas a la Escultura en Tenerife, además de haber estudiado Magisterio en Venezuela, aunque su creatividad la ha volcado, sobre todo, en la pintura.

También ha experimentado con el colectivo Col-Art durante los últimos tres años, promovido por el matrimonio formado por el pintor suizo Marc Khun y la mexicana Rossana Durán, con los que ha expuesto en Suiza, Alemania y México, donde está presente su obra, además de en Venezuela, Inglaterra y Francia.

Esta buscadora de nuevas formas y técnicas, que colaboró en el mural que adorna el teatro del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz, posee una paleta de colores en la que deslumbran los azules intensos, el blanco, también tuvo una época en la que se inclinó por los terrosos, atraída por Rembrandt, con sienas y ocres, además de verdes y violetas, presentes en su reciente galería de flores.