El escultor Julio López Hernández, fallecido hoy en Madrid a los 88 años, fue académico de las Bellas Artes y premio Nacional de las Artes Plásticas en Escultura 1982 y formó parte del grupo de los realistas madrileños, al lado de Antonio López, Isabel Quintanilla, Amalia Avia o María Moreno.

Nacido en Madrid, en 1930, estudió dibujo y escultura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y fue becado por el Instituto Francés y por la Fundación Juan March.

En 1951 participó en el proyecto de "Escuela de Escultores de Coca", junto a César Montaña, pero pronto evolucionó del expresionismo al realismo dentro de la "escuela realista madrileña" junto a Antonio López, Amalia Avia, Isabel Quintanilla y María Moreno.

En 1955 participó en una exposición colectiva organizada por la Dirección General de Bellas Artes. A partir del decenio de 1960, expuso sus obras en diversas ciudades españolas. En 1960 obtuvo por oposición la plaza de modelador en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, de la que fue profesor.

En 1980 celebró en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, de Madrid, una exposición antológica organizada por la Dirección General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, en la que se expusieron 130 obras de su trayectoria artística desde 1954.

En 1982 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, en la modalidad de escultura, por un boceto del monumento a Jorge Manrique erigido en Paredes de Nava (Palencia).

Ligado a la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, para la que realizó numerosas medallas, algunas de sus obras figuran en el museo de la Medalla, de la Casa de la Moneda, de Madrid y en el Museo Figueira de Foz (Portugal).

Julio López Hernández creó la medalla que otorga la Fundación Areces, con motivo de la inauguración de la sede rehabilitada de la Fundación Carlos de Amberes.

Entre sus obras principales destacan: "El manuscrito" en bronce realizada de 1972 a 1973; "Parte de su familia" un bronce de 1972; "El alcalde: el peso de la realidad", de 1973 ; "La empleada: la fuerza del oficio", de 1972; "Elena"; "El temblor de la vida", de 1975; "Esperanza": la presencia de lo cotidiano", entre 1977-78.

Además de un busto de Madariaga, un bronce de 1979 que el Rey regaló al Consejo de Europa; en 1983 esculpía una cabeza de Andrés Segovia con destino a un movimiento dedicado al guitarrista en Linares, España.

Julio López Hernández pertenece al grupo de artistas que en la década de los 50 retomaron una alternativa de la tradición realista, alejada del realismo académico y del vanguardismo que en esa época cultivaron Saura, Tàpies y Millares.

Para Julio López, el misterio de su creación radica en que "todo emana de la misma raíz: la poesía".

El 17 de abril de 1988 ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde pronunció el discurso titulado "La medalla, territorio de la cultura".

En 1989 trabajó en dos nuevos proyectos monumentales, uno protagonizado por el poeta Pablo Neruda, trabajo que fue encargado por el Ayuntamiento de Madrid; y otra para homenajear a los artistas noveles. En noviembre de 1990, Julio López Hernández recibió el Premio Comunidad de Madrid a la Creación Plástica, como reconocimiento al conjunto de su obra.

En 1995, el escultor recibió el premio CEOE a las artes. Unos días más tarde, el 21 de febrero, Julio López fue galardonado con el Premio "Cultura Viva de Escultura".

En marzo de 1995 fue inaugurada una muestra antológica de su obra en la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, compuesta por cuarenta esculturas, diez dibujos y treinta medallas.

En 2004, la obra de López fue parte integrante de la exposición organizada en Italia "Arte por imágenes, de De Chirico a López García", dedicada al arte figurativo del siglo XX.

López fue el encargado de esculpir uno de los regalos que las Academias reunidas en el Instituto de España hicieron al Príncipe Felipe y a doña Letizia Ortiz el día de su boda, y el artista realizó una escultura que representa a la novia durante una retransmisión de telediario.

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) homenajeó la trayectoria y el conjunto de la obra artística del escultor otorgándole el 21 de julio de 2004 la Medalla de Honor de la institución. Julio López fue el diseñador de esta Medalla.

En 2016 presentó su última exposición, "El camino inverso", en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.