Cuando apenas quedan dos semanas para las inauguraciones de la Bienal de Venecia comienzan a llegar noticias de lo que allí vamos a poder disfrutar. Mientras Uruguay prepara una exposición sobre sus dos modelos contrapuestos de cárceles nacionales, "Prison to prison", y Hong Kong nos acerca a la densidad urbana con su "Vertical Fabric: density in landscape", el pabellón de China aborda un tema de enorme interés para diferentes lugares del mundo, entre los que incluyo el norte de Tenerife. Con una exposición titulada "Building a future countryside" China aborda una problemática de total actualidad, y revela los problemas y las posibilidades del campo chino, presentando importantes proyectos realizados durante los últimos años en áreas rurales del país.

Detrás de cada exposición en Venecia, especialmente en la bienal de arquitectura, hay un enorme trabajo de investigación. Durante meses, los arquitectos que son invitados a participar en un pabellón, elaboran sus propuestas como si fueran científicos, y abordan cuestiones que afectan al futuro del mundo. En el caso de China, la motivación para este año es, según su comisario Li Xiangning "es más que solo xiangchou, un término chino que se refiere a la nostalgia de las tierras rurales. Volvemos al campo, donde la cultura china se originó para recuperar valores olvidados y posibilidades pasadas por alto; a partir de ahí, construiremos un futuro campo ".

En China, el campo se ha convertido en una nueva frontera para experimentar, y el país está desarrollando su campo a una velocidad y escala nunca vistas en Occidente. Atraídos por la promesa de oportunidades ilimitadas, los arquitectos y artistas, así como el flujo de capital, convergen en las áreas rurales de todo el país asiático. El regreso a la vida campestre ha sido durante mucho tiempo un ideal de la tradición literaria china. En los tiempos modernos, vivir en áreas rurales generalmente involucra aspectos como política, capital, infraestructura y tecnología. Y en Tenerife supone también pensar en el tráfico que tendrás que sufrir si decides vivir en el Norte. Pero también implica poder darse un baño de naturaleza en cada instante, poder disfrutar del olor que desprenden las plantas, el ruido del viento en las hojas de los árboles y toda la gama experiencias que un entorno verde nos ofrece, si está bien cuidado.

Mientras que la modernización y el progreso tecnológico nos prometen vidas mejores con las condiciones de vida actual, también, en cierta medida, cortan el vínculo entre la vida rural y la tradición. Frente a la necesidad de viviendas, producidas en masa para las grandes urbanizaciones, los arquitectos chinos intentan encontrar un término medio entre la tradición y la modernidad, aprovechando la tecnología contemporánea en busca de una conexión vernácula. Reinterpretan el campo. Desde las grandes extensiones amarillas de la meseta de Huangtu, a las ciudades de agua al sur del Yangtze, desde las vastas y abundantes llanuras del noreste de China hasta las verdes y hermosas tierras de cultivo del sur, cientos y miles de pueblos se han convertido en sitios para el desarrollo industrial, la construcción y en los mejores casos, la creación cultural. Estos sitios disfrutan de tremendas oportunidades ofrecidas por las innovaciones tecnológicas disponibles, que incluyen Internet, sistemas logísticos y economías de intercambio, con lo que se están convirtiendo en lugares especiales y deseables para vivir.

El desarrollo del campo en China contemporánea no tiene precedentes tanto en su escala como en sus enfoques. Más importante aún, este desarrollo anticipa una nueva solución basada en las condiciones únicas de China pero que se puede extrapolar al resto del planeta. La exposición "construir un futuro campo" representa el paisaje de la China contemporánea a través de seis episodios: viviendas poéticas, producción local, prácticas culturales, turismo agrícola, reconstrucción comunitaria y exploración futura. Describe el campo como un enorme espacio libre lleno de oportunidades y analiza y anticipa el desarrollo futuro. Al mismo tiempo nos enseña que la arquitectura actual en las zonas rurales no tiene por qué ser cutre, y que se puede crear paisaje y condiciones de vida confortable pensando en las tradiciones y aprendiendo de las mismas.