Sara (Pereira) Baras estaba un poco afónica en la rueda de prensa que ofreció ayer en la capital tinerfeña, junto al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Aurelio González, para presentar su espectáculo "Sombras", que interpretará hoy y mañana, a partir de las 20:30 horas, en el Auditorio de Tenerife Adán Martín de Santa Cruz.

Esta reconocida bailaora y coreógrafa gaditana, que lleva el flamenco marcado en el corazón y en la sangre que corre por su venas, estaba cansada y algo afónica. La noche anterior actuó en el Casino de Estoril, en Portugal, y el cansancio le resta algo de voz. "Cuando bailo muy fuerte me falla la garganta; gracias a Dios, los pies no", reconoció con una peculiar sinceridad que transmite en el escenario y al público cuando baila.

Esta artista, embajadora de Cádiz que tendrá un espacio en el Museo de Cera de Madrid por su labor difusora de la cultura española, explicó que "Sombras" es el espectáculo con el que celebra los veinte años de la compañía. "En vez de hacer coreografías y personajes que hayamos hecho, hemos querido coger las sombras más importantes que me han marcado en la carrera como Farruca y darle una lectura nueva".

También matizó que esta propuesta la hacen "con libertad, pero sacada de momentos, de maestros, de palos del flamenco que nos atrevemos a hacer gracias a lo que hemos podido aprender durante estos veinte años. Por eso digo que Sombras es como una Farruca grande, que empieza con un baile que hice por primera vez hace veinte años y me marcó muchísimo".

Esta obra, que cuenta con la colaboración de Keko Baldomero, director musical, o el violinista Ara Malikian, tiene una duración de unos noventa minutos y reúne en el escenario a una veintena de artistas, entre bailaores, bailaoras, percusionistas, además de la escenografía y las grandes telas creadas por el artista malagueño Andrés Mérida.

"Por primera vez hemos utilizado los dibujos de Andrés Mérida en la escenografía que, realmente, son unos garabatos basados en la Farruca y en bailes que salen de ahí, posturas que salen de la Farruca. Creo que ha salido un espectáculo con una energía muy bonita porque tienen esa cantidad de detalles que por dentro sabemos de dónde vienen, pero con una visión de hoy. Hemos tenido la libertad de poder dirigir, coreografiar e interpretar desde hoy".

La "Farruca", un palo flamenco procedente de Galicia que llegó a Andalucía en el siglo XIX y se "aflamencó", está muy ligado a Sara Baras desde la niñez. "Era un baile de hombres, la mujeres no lo bailaban, y es uno de los palos del flamenco que más me han gustado desde la niñez. No me imaginaban que pudiera marcarme tanto encontrar un baile tan profundo y solitario que no tiene disfraz, que te muestra tal cual eres. Aunque sea un palo de hombre me encuentro muy a gusto"

En este sentido, la bailaora flamenca aclaró que "Sombras" "es como una Farruca donde vamos viajando y tocando otros palos. Es un registro donde vamos fusionando, no solo con la tradición, sino con un baile y una música muy de hoy, con una parte más contemporánea, fusionada con otro tipo de instrumentos y registros como el jazz, o la intervención de Malikian. Y en la forma de bailar, lo mismo. (...) Ha salido un espectáculo muy bonito, con energía, con una cantidad de detalles que sabemos de donde vienen, pero con una visión de hoy".

Dos décadas de experiencia en los tablaos y el bagaje de grandes maestros del flamenco, a los que respeta profundamente, han ayudado a Sara Baras a definir un sello propio de su compañía y de su forma de bailar, siempre con un sentimiento de libertad, una línea elegante, corazón y un nivel técnico muy alto. Ella sabe muy bien que el flamenco se clava directamente en el corazón.

"El flamenco está en todo el mundo y se clava en el corazón directamente. Su riqueza musical ya la mostraron los maestros (Camarón, Paco de Lucía, Morente...) que pusieron este arte como algo grande. Es un arte difícil, con mucha riqueza, algo bestial. No tiene fronteras, ni de lenguas. Va directo al corazón porque es puro sentimiento, no se necesita saber de él, sino dejarte llevar (...). En el flamenco si no hay el cien por cien de lo que eres tú mismo, no es verdad, y si no es verdad, no hay flamenco".