El Centro de Documentación de Canarias y América, (Cedocam) del Cabildo, ubicado en La Laguna, rescata una poesía manuscrita de Nicolás Estévanez, que pertenece al Fondo Estévanez del mismo. Se enmarca dentro de la sección digital "Tidbits o curiosidades".

Nicolás Estévanez (1838-1914) nació en el seno de una familia burguesa. Tuvo tres hermanos: Francisco, Diego y Patricio y dos hermanas: Cristina e Isabel. La temprana muerte de sus padres, en 1862 y del resto de sus hermanos y hermanas, entre 1866 y 1867, supuso un duro golpe para él y su hermano Patricio quienes, después de ello, forjaron una estrecha relación, que se mantuvo a lo largo de los años y en la distancia a través de numerosa correspondencia.

La poesía dice así:

Las cosas que estamos viendo

me tienen desorientado;

el mundo no es ya lo que era

en mis juveniles años,

cuando los hombres querían

o ser ricos o ser sabios:

lo que no quería ninguno

era volar como un pájaro.

El más audaz pretendía

vivir en un buen palacio,

el más humilde... una choza

era su sueño dorado;

y ahora, el que más y el que menos

ambiciona un aeroplano

para andar entre las nubes

y romperse el espinazo.

Caballeros, ¡el disloque!

Si esto sigue, ¿adónde vamos?

(TACHADO: Con tanto soñar despiertos

y con tanto hacer el ganso),

nos iremos a... la Cierva

el día menos pensado.