Viaje relámpago a Holanda para mostrar nuestra gastronomía. Solo fueron tres días pero, la verdad, fue una experiencia intensísima que siempre nos quedará muy presente.

Luis Martín y yo únicamente contábamos con un margen muy pequeño para contar la historia de nuestra gastronomía a los mejores turoperadores en la capital holandesa. Al principio fue complicado: no sabían ni entendían los tratamientos que le dábamos a un pulpo, bacalao, las huevas...

No son demasiado amantes del pescado pero insistíamos en que lo probasen y entonces? ganamos la batalla. Comentarios del tipo: "no me imaginaba que las huevas de bacalao pudiesen tener un sabor tan persistente a mar" no dejaron de multiplicarse entre los invitados.

En cuanto al estofado de pulpo, se imaginaban una textura completamente diferente aunque se dieron cuenta rápidamente que estaban equivocados. Cuando llegó el momento de amasar el gofio, explicamos que era el mejor hidrato para la nutrición de los niños y que también lo denominábamos cariñosamente "la merienda canaria". Nos ayudaron con ello, lo probaron y la consiguiente pregunta fue... "¿Chef, cómo puedo conseguir que esta mezcla de cereales tan rica llegue aquí".

Dimos a degustar papas con mojos y carrilleras de cochino negro entre otras delicatessen, y a fe que nos fuimos muy satisfechos y con el objetivo cumplido: hemos desplegado unos matices sinceros de nuestra cocina tinerfeña y canaria a otro país, como es Holanda, y han sabido sintonizar con nuestro concepto culinario, en ocasiones a la perfección.

Ha sido un orgullo y un placer representar a nuestra isla y deseamos volver pronto a este y otros destinos.