La malabarista de origen grancanario Consuelo Reyes ha sido distinguida hoy por el Ministerio de Cultura y Deporte con el Premio Nacional de Circo 2018, dotado con 30.000 euros, por ser la "artista y máxima exponente del antipodismo", una disciplina circense "a la que ha conseguido dotar de un gran virtuosismo y elegancia".

El jurado ha premiado a esta destacada artista, que cuenta con una "prolongada y prolífica carrera internacional", que le ha permitido trabajar "en los más destacados circos y ser merecedora de numerosos premios internacionales", informa el Ministerio de Cultura y Deporte.

El premio, que reconoce cada año la actividad de entidades y profesionales españoles del circo tanto en España como en el extranjero, ha sido concedido por un jurado presidido por la directora general del Inaem, Amaya de Miguel, y el exdirector del Teatro Circo Price, Tato Cabal, o Alfonso de la Pola, director de la Compañía Rolabola, compañía galardonada el año pasado con este mismo premio, entre otros.

Ganadora en dos ocasiones del Circus World Championship, Reyes es una referente mundial dentro de la especialidad circense denominada antipodismo (el antipodista es un acróbata que ejecuta sus malabarismos con los pies apoyados sobre su espalda), en la que juega con telas, cilindros y balones y donde destacan sobre todo la serie de molinillos simultáneos que realiza con una tranca en cada pie.

Reyes, que vive actualmente en Italia, recibió la tradición y el legado circense de su madre, Consuelo Jorge, que formaba parte de la dinastía de los Jorgevich, originaria del este europeo, y que viajaba con su Circo Toti principalmente por las Islas Canarias.

En 1974, la artista debutó en el circo alemán Willy Hagenbeck como ayudante de su padre, Tito Reyes, que fue uno de los mejores verticalistas de nuestro país, hasta que tres años más tarde estrenó su número solista de antipodismo en el Lorry Varieté de Copenhague.

Desde entonces, su intensa trayectoria artística le ha permitido trabajar y colaborar con los principales circos europeos, una vocación que ha transmitido a dos de sus hijos, que también se dedican al circo.