Un grupo de arqueólogos portugueses ha descubierto en la desembocadura del Tajo los restos de un navío naufragado a finales del siglo XVI o principios del XVII que hacía la ruta marítima hacia las Indias, en el que se ha encontrado pimienta, porcelana china y otros vestigios de la época.

La embarcación fue localizada a principios de septiembre durante una expedición del equipo de arqueólogos submarinos del Ayuntamiento de Cascais, localidad situada junto a la desembocadura del Tajo, en una zona en la que hay registros históricos de cerca de un centenar de naufragios.

"Sabemos que el estuario del Tajo es de los más ricos a nivel mundial porque estaba junto a la capital del imperio portugués en la época de los descubrimientos. Hay registros históricos de aproximadamente 100 navíos. La probabilidad de encontrar uno era muy grande, era cuestión de tiempo", dijo hoy a EFE el arqueólogo que lidera el proyecto, Jorge Freire.

Los naufragios no eran extraños en la ruta portuguesa a las Indias, con navíos que tenían que cubrir los 20.000 kilómetros que separaban Lisboa de Cochín y que debían pasar por el estuario del Tajo en sus viajes de ida y vuelta para llevar al imperio portugués las especias indias.

El equipo que lidera Freire está trabajando intensamente en la zona al abrigo de un proyecto del ayuntamiento y no descarta que puedan encontrar más navíos, también de otras épocas.

Por el momento, los esfuerzos se centran en trabajar con los restos que se han encontrado, entre los que hay varios cañones de bronce con el escudo de Portugal, porcelana china de la época Wanli, granos de pimienta y cauris, unas conchas que se usaban como moneda en la venta de esclavos.

Estos restos, que les han permitido calcular que la nave se hundió entre 1575 y 1625, van a ser ahora tratados por el equipo, para el que la prioridad es asegurar el buen estado de conservación de todo lo encontrado.

"Es un descubrimiento de importancia mayor para el municipio de Cascais y para Portugal porque por primera vez se ha hecho en un ambiente puramente científico. Hasta ahora, todos los descubrimientos de esta dimensión fueron fortuitos", señaló Freire.

Cuando los hallazgos son hechos de forma fortuita por "hombres de mar", explicó el arqueólogo, la tendencia es mover los restos y llevarse "souvenirs" a casa, lo que no ocurrió en este caso.

El equipo va a retirar los elementos que corren peligro de deteriorarse, pero la idea es que el navío permanezca en el fondo del río.

"Es recomendado por los especialistas que parte del material sea retirado y, por tanto, podrá estar expuesto en el Museo del Mar de Cascais, pero otra parte es recomendable que se quede en el ambiente marino", dijo a EFE el alcalde de Cascais, Carlos Carreiras, que definió el hallazgo como "el mayor descubrimiento del siglo".

"Tuvimos varios descubrimientos importantes, pero no de la dimensión y el interés que tiene éste. Sólo se recuerda uno parecido en 1994", añadió, en referencia a la nave de Nuestra Señora de los Mártires, un buque de carga que naufragó en 1606 en la desembocadura del Tajo, aunque fue encontrado en peor estado de conservación.

El ayuntamiento de Cascais tiene previsto crear una escuela de arqueología subacuática en el lugar donde se encuentra la nave para formar a futuros profesionales de ese campo, en colaboración con entidades como la Universidad Nova de Lisboa, la Marina Portuguesa o la Dirección General de Patrimonio Cultural.

Una vez que concluyan los trabajos "in situ" de los arqueólogos, la escuela arrancará "en breve", aseguró Carreiras.