Barcelona despertó ayer gris, con menos ruido de lo habitual y con una sensación de pérdida irreparable. La muerte de Montserrat Caballé (1933-2018) ocupó el epicentro de múltiples conversaciones durante largas horas. El lagunero Celso Albelo conoció la noticia en la Ciudad Condal. "Barcelona está rara", describió al inicio de la conversación. A escasas horas de volver al escenario para interpretar "I Puritane" (Bellini), el tenor ya tenía claro que "desgraciadamente se cierra una edad de oro para la ópera. Con ella se ha ido el concepto de gran diva", remarcó cuando trató de explicar el calado real de una artista extraordinaria. "Barcelona y Montserrat Caballé eran una sola identidad, pero su dimensión era nacional e internacional... Nunca surgió la oportunidad de cantar junto a ella, pero sí que tuve la oportunidad de conocerla en varios encuentros de trabajo. Era una mujer amable y, sobre todo, muy accesible", rescató.

A Raquel Lojendio la llamada de EL DÍA la sorprende en Pamplona. La noche anterior cantó la Misa en Do Menor K 427 de Mozart acompañada por la Orquesta Sinfónica de Navarra y el Orfeón Pamplonés. "Tenía una de las mejores técnicas vocales del mundo. Sus piannisimos eran únicos: nos quedarán sus registros sonoros en muchas grabaciones. Yo no la conocí, pero su legado es indiscutible. Muy pocas voces se han podido acercar a ella. Insisto, dentro de lo dramático que supone un adiós de esta magnitud, lo más positivo es que Montserrat Caballé cuenta con una amplia y selecta discografía que nos permitirá continuar disfrutando de su voz", dijo sin poder obviar la cantidad de registros que podía abordar. "Esa facilidad era lo que la convertía en una cantante diferente", exaltó.

Jorge de León está estrenando "Katiuska" -comparte elenco con Carlos Álvarez y Ainhoa Arteta- en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. "El sentimiento de pesar es enorme. Se marcha una gran diva de nuestro patrimonio cultural, una defensora de la zarzuela y la lírica. A pesar de que no tuve la oportunidad de coincidir con ella, es imposible no admirar a una cantante con su técnica. Me quedo con la magua de no haber conocido a un personaje de esta dimensión", se lamentó el solista lagunero. "Hoy (por la jornada de ayer) la ópera se queda sin una de esas estrellas internacionales que nunca se olvidan".

El primer intento de conversar con Judith Pezoa fracasa por las interferencias que se crean en el tránsito hasta el avión que la lleva desde el aeropuerto de Lanzarote -el viernes por la noche dio un recital- a Gando. La llamada se recupera 45 minutos después sin sonoridades metálicas que puedan amputar sus palabras. "Es una pérdida bastante significativa. Queda su voz, porque esté donde esté nadie podrá olvidar los matices de una sonoridad inolvidable. Cuando se va una figura de tanto nivel ese hueco ya queda para el resto de la historia. La ópera pasará unas horas tristes en las que se recordará a una figura de leyenda, pero de una forma mucho menos natural seguiremos emocionándonos con un sonido que ya ha alcanzado la eternidad. ¡No la olvidaremos!", declaró la soprano grancanaria.

Humberto Orán, presidente de Musiespaña, es de todas las personas que han participado en el montaje de esta información la que mejor conocía a Montserrat Caballé. La noticia de su fallecimiento durante la madrugada de ayer en el Hospital de Sant Pau de Barcelona se había convertido en algo más que una seria amenaza para el círculo familiar de la intérprete barcelonesa desde hacía varios días -ingresó en el complejo hospitalario a mitad de septiembre con su estado de salud quebrado por una grave enfermedad- y, por lo tanto, el desenlace parecía inminente. "Me siento un afortunado por haber podido acercarme a la personalidad de un ser tan maravilloso y por estar cerca de los suyos", agradeció segundos antes de emitir un juicio cargado de emotividad. "Esta es una de las pérdidas con mayor trascendencia en la historia más reciente de la ópera. El género se desprende de uno de esos referentes que no caen en un olvido histórico. Podemos estar ante un caso similar al de Tebaldi o Maria Callas... Montserrat fue una mujer con valentía que se propuso abordar la ópera a partir que destacó, al margen de unos criterios de calidad incuestionables, por su amplitud y variedad".

Para Orán, la artista tenía un extra personal que la convertía en un ser "luchador, protector de su familia, solidario... Era una mujer con un carácter fuerte, pero con una bondad irreprochable", valoró en una parte de la charla en la que buscó algún paralelismo actual con la trayectoria marcada por su amiga. "La brillantez y luminosidad de su voz eran dos notas exclusivas. Nadie ha conseguido estar a su altura, pero tampoco es bueno establecer ese tipo de comparaciones porque el mundo de la ópera ha cambiado", concluyó un profesional que dirige los destinos de Musiespaña.

Airam Hernández se enteró del fallecimiento de la artista barcelonesa en Toulouse. En el sur de Francia está concluyendo una gira con "La traviata". Al igual que el resto de los entrevistados, el tenor de raíces esperanceras (El Rosario) no dudó en destacar el universo que creó la soprano dentro y fuera de las fronteras españolas. "Una de nuestras mejores referencias mundiales. Llevó el belcanto al siguiente nivel, era la reina del filato y del filato sin fin... La soprano de la voz carnosa y canto sincero. Se nos ha ido una gran artista que de forma generosa compartió con las nuevas generaciones su amor por la música y su sabiduría", resumió.

A partir de la idea anterior, la que se anuda con la preocupación que la cantante siempre mostró por estar cerca de los jóvenes, se desatan las frases del conejero Pancho Corujo. "Lo que queda tras conocer un hecho de estas características es la desolación. Montserrat Caballé fue protagonista de hechos claves para el género. Representaba lo que debe ser un artista elevado a su máxima esencia. Para mí es un hito operístico al que tuve la gran fortuna de conocer cuando me entregó una beca musical en Zaragoza", rememora el lanzaroteño.

Jorge Perdigón, director del Festival Internacional de Música de Canarias, conoció a Montserrat Caballé en Ámsterdam. Él estaba representando "Tosca" y se cruzó con ella en el "hall" del hotel. "Desde el primer minuto dio unas señales de amabilidad fuera de lo común. Recuerdo que dimos un paseo de unos 15 minutos y ese pequeño espacio de tiempo fue suficiente para reconocer su calidad humana. De la parte musical solo se puede decir que fue de las más grandes".

Una voz con unos orígenes humildes

Montserrat Caballé nació el 12 de abril de 1933 en Barcelona. Creció en plena postguerra en el seno de una familia en la que no sobraban los recursos económicos. Tras recibir unos conocimientos iniciales por parte de su madre, la joven obtuvo una beca con la que pudo entrar en el Conservatorio Superior de Música del Liceo. Dado su talento natural, enseguida llamó la atención de mecenas que impulsaron su carrera.

Se estrenó en 1950 con "La serva padrona"

A los 17 años ya existían pocas dudas en torno a lo que podría lograr una solista que se estrenó en el Teatro Fortuny de Reus interpretando el rol principal de "La serva padrona". Seis años después ingresó en la compañía de Teatro de Basilea. Su primer papel operístico fuera de España fue en "La Bohème". El boca a boca que se generó en torno a la interpretación de Mimí le abrió nuevas oportunidades en Alemania y en España. Pero el punto de inflexión de su obra llegó con la interpretación de "Lucrecia de Borgia" en el Carnegie Hall de Nueva York (1965). Una brillante sustitución de Marilyn Horne posicionó a Montserrat Caballé en una órbita que ella supo defender como nadie durante décadas.