La fotografía documental es el tipo de imagen en la que se ha especializado el artista irlandés Richard Mosse (Kilkenny, 1980), siempre inclinado a echar mano de una tecnología muy avanzada, como puede ser una película de infrarrojos en color, o una cámara militar térmica -a la que ha podido acceder- para poder captar esa realidad que pretende transmitir por medio de su trabajo.

Este recurso es el que ha utilizado para realizar la colección que presenta hasta el próximo 25 de noviembre en la galería Leyendecker de la capital tinerfeña, en cuyas paredes cuelga media docena de fotografías de gran formato panorámico de la serie que ha titulado "The Castle" y por las que ya ha recibido el premio Prix Pictet. Se trata de instantáneas en blanco y negro que muestran diferentes campos de refugiados sirios ubicados en Grecia, Turquía y Líbano.

Mosse, que ha trabajado en Irak, Irán, Pakistán, Haití o la antigua Yugoslavia, entre otros países, propone unas imágenes que en muchas ocasiones se encuentran en la amplia frontera existente entre lo real y lo ficticio, casi siempre relacionadas con la situación de los refugiados y la migración a la que se enfrentan Europa, Oriente Medio y el Norte de África, porque desde su punto de vista "todos somos refugiados en potencia" .

Este testigo de su época ha desarrollado un estilo de trabajo fotográfico y fílmico que es estético, que se acerca al arte, y que a la vez está repleto de implicaciones políticas y éticas.

Acerca de ello, el propio autor comentó en una entrevista que fue publicada en el periódico El País el año pasado que "el arte tiene la capacidad de desafiar y reorientar las percepciones del espectador y a veces incluso de sus creencias, pero lo hace planteando preguntas en vez de ofreciendo respuestas".