Los vecinos estaban avisados desde las primeras horas de la madrugada del viernes. Algunos, incluso, decidieron hacer guardia en los alrededores de uno de los sets de rodaje -instalado en una zona de aparcamiento próxima al Pabellón Pancho Camurría- habilitados en la capital tinerfeña por si Sylvester Stallone se dejaba ver. Eso fue lo que pasó alrededor de las diez de la mañana de ayer, cuando por los jardines interiores de Los Verodes se corrió la voz de que John J. Rambo estaba en la zona.

A pesar del cielo gris que oscureció a la ciudad, Stallone se presentó con gafas de sol, luciendo una sudadera azul y vaqueros desgastados. Desde los muros superiores gritaron su nombre y el neoyorquino complació a los asistentes, que ya superaban el centenar de vecinos, levantando su mano izquierda con un signo de complicidad que fue recibido con unos tímidos aplausos. Rambo ya estaba en la ciudad. La grabación de la quinta entrega protagonizada por el excombatiente del Vietnam se realiza de forma simultánea en distintos puntos de la Isla, pero el actor, director y productor que dio vida a Rocky Balboa estuvo ayer en el "corazón" de Los Gladiolos. Todo está listo para el inicio de una acción que se alargará durante varias semanas y en la que, de nuevo, ganarán los buenos.