El musical inspirado en la mítica película debutaba ayer en el Auditorio de Tenerife, donde permanecerá en cartelera hasta el próximo 4 de enero, trasladando al público los ritmos de la década de los sesenta, una música que forma parte de la memoria colectiva de aquellos años.

El espectáculo mantiene el guion del cine, tanto estéticamente como en los diálogos, por lo que el espectador se encontrará sobre el escenario un reflejo de lo que ya proyectaron el cine o la televisión, con el valor añadido que representa el directo.

La trama de "Dirty Dancing" plantea cómo en el verano de 1963, Frances "Baby" Houseman, una jovencita de diecisiete años, se encuentra atrapada en unas aburridas y monótonas vacaciones junto a su familia en las montañas de Catskill, Nueva York. Sin embargo, la situación cambia cuando, durante una fiesta en el hotel, se topa con el guapo y famoso profesor de baile Johnny Castle. Este encuentro no solo permitirá a Baby aprender unos pasos de baile, sino que cambiará su vida para siempre.

Además de los sensuales bailes y la pecaminosa relación entre los protagonistas en una época en que aquello era impensable, "Dirty Dancing" aborda el tema del aborto, algo más impensable aún.

En definitiva, una magnífica oportunidad para volver a rescatar una película mítica que algunos recordarán con ojos adolescentes y factura inmaculada, sin los prejuicios de hoy en día. Un espectáculo completo y total, porque ¿quién no ha intentado imitar algún baile de "Dirty Dancing"?