Vetusta Morla llega al festival Actual de Logroño tras poner el broche a veinte años de historia con un concierto en Madrid y en el comienzo de una nueva etapa que, según afirma en declaraciones su bajista, Álvaro B. Baglietto, se irá perfilando "día a día sin marcar objetivos".

Esta banda, que actúa por tercera vez en Actual, se creó en 1998 en Tres Cantos (Madrid) por seis chavales del instituto José Luis Sampedro -entre ellos no estaba Baglietto, que se incorporaría unos meses después- sin imaginar el papel que tendrían en la música española.

Porque en dos décadas, Vetusta Morla ha logrado mantener su personalidad como un grupo "indie" pero a la vez ha conseguido marcar "hitos" muy complicados para un grupo español.

Varios de ellos, además, han coincidido en el 2018, como el haber recibido tres nominaciones a los premios Grammy Latinos, con el disco "Mismo sitio, distinto lugar"; y el haber ofrecido su concierto más multitudinario, en Madrid, con 40.000 personas.

Y luego el haber sido capaces de volver a llenar un recinto como el antiguo Palacio de Deportes de Madrid (WiZink Center) el 30 de diciembre en un concierto para repasar su carrera.

Una carrera de éxito, con cientos de miles de seguidores por todo el mundo, un estilo propio reconocible y algunos "himnos" para la juventud de dos generaciones.

Pero nada de eso, asegura, es el fruto de un plan preconcebido, de una estrategia para llegar a algo, sino que van "solo paso a paso, concierto a concierto".

De hecho, tras muchas semanas preparando la actuación del 30 de diciembre, en la que les apetecía "hacer algo muy bonito en este aniversario" han dedicado tiempo también "al concierto de Logroño, en el que el repertorio va a ser más festivalero".

Luego, con más conciertos previstos ya a partir de mayo, Vetusta Morla "va a continuar haciendo las cosas día a día, sin pensar en conseguir nada o en ocupar un puesto en una lista", asegura el músico, convencido de que "así es como las cosas van saliendo".

"Nosotros nos dedicamos a mimar nuestro propio nido y luego las cosas buenas fluyen, como el reunir este año en un concierto a casi cuarenta mil personas, que era algo que para nada habíamos planeado", explica, en alusión a uno de su concierto más multitudinario, ofrecido en junio en Madrid.

De hecho, cuando los seis miembros de la banda intentan explicar lo que les ha sucedido en estos años consideran que "el secreto, probablemente, es que no nos marcamos metas".

Ya que para Vetusta Morla el final de sus giras es el momento de "liar algo" desde el concierto de hoy es cuando piensan "buscar un espacio para esas cosas" de las que han hablado.

Esos nuevos proyectos girarán en torno a la música o alguna de las facetas culturales que ya han explorado, como el cine o las colaboraciones con diferentes artistas.

Porque, explica Baglietto, la "inquietud" les mueve "a pesar de cómo se trata en este país a la cultura" y que "existan muchos proyectos con problemas".

Ellos, desde su "atalaya" han tratado de ayudar a muchas bandas emergentes, explica Baglietto, que reconoce que desde que empezaron "todo ha cambiado, las reglas de la música son totalmente distintas, no se puede comparar con lo que había y tampoco pensar en cómo acabará, porque los cambios son constantes".

"Las tendencias del mercado, del público, la forma de hacer música... todo ha cambiado y hay que adaptarse rápido", añade, y considera "clave" el manejo de las redes sociales de un grupo "porque muchas cosas dependen de los ''likes'' que tengas".

Así, admite, el proyecto de Vetusta Morla "tuvo algo de suerte con el momento de salir" porque "antes, sin el apoyo de una discográfica era más complicado".