No sé por qué extraña razón todos los primeros de año termino comiendo churros con chocolate y viendo los saltos de esquí de año nuevo en Garmish-Partenkirchen. Aunque luego el jolgorio se traslada a las ciudades de Oberstdorf, Innsbruck y Bischofshofen, yo, afortunadamente, ya estoy metido de lleno con los casos de la agencia. Es posible que a la vista de la oferta televisiva de las cadenas, ese sea un refugio ideal (el de los saltos) para iniciar el año. Y pasada la Nochevieja acechan unos Reyes elevados a la cúspide máxima de la sociedad de consumo. Bueno, una de las ventajas de la existencia es que cada persona puede entender en un momento determinado las situaciones a su manera y adaptarlas a sus necesidades. En la calle todos hablan de los Tres Reyes, y lo primero que me viene a la mente es la película basada en el robo de oro que se llevaba a cabo durante el levantamiento iraquí de 1991 contra Sadam Hussein, tras el fin de la Guerra del Golfo Pérsico. Por allí andaban George Clooney, Mark Wahlberg, Ice Cube y Spike Jonze (sí, ya sé que son cuatro). Aquel film fue una extraña obra maestra dentro de una alocada guerra, mezclando acción, humor y crítica política. Y en medio, un mapa de los bunkers cerca de Karbala que contienen lingotes de oro robado de Kuwait. Los Tres Reyes, una vez que deciden robar el oro, dieron un tono navideño a su decisión e improvisaron una adaptación del villancico We Three Kings: "Nosotros somos los Tres Reyes de Oriente, cargando regalos que traemos de lejos. El campo y la fuente, páramo y montaña, siguiendo a aquella estrella". ¿Te imaginas a Clavijo, Antona, Curbelo, Patricia, Noemí y Román cantando acompasados y sin desafinar?

No estamos en 1991, ni tampoco en Oriente Medio. Se supone que en esta isla en medio del Atlántico, todo es más sencillo. Escucho el diálogo (eufemismo de cruce de acusaciones) entre la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Rosa Dávila, y la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez. Aquí no se trata de lingotes sino de pasta de los convenios cumplidos o incumplidos, según una u otra. En concreto, la consejera es clara cuando lanza su acusación: "Aserejé, ja deje tejebe tude jebere". Que traducido viene a significar: "bonita, tienes aún pendiente de transferir a Canarias 408,1 millones de euros y el superpresi te lo va a exigir tanto por la vía del diálogo como por la judicial".

La delegada del Gobierno replica: "Sebiunouba majabi an de bugui an de buididipí". Que traducido viene a significar: "¿eres rubia natural? Porque estás generando un clima de crispación y de falta de cooperación institucional totalmente injustificado. La pastuqui ya está comprometida".

Al parecer ambas solo coinciden en querer ser tan buenas oradoras como el añorado Scatman John: "Ski-bi dibby dib yo da dub dub. Yo da dub dub. Ski-bi dibby dib yo da dub dub. Yo da dub dub". Quizá hubiera sido más ilustrativo saber cómo fueron las negociaciones, aunque puede que no sea tan buena idea como parece, porque como afirmaba Otto Von Bismarck: "Con las leyes y los acuerdos pasa como con las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen". Ya se sabe, los políticos deberían ser capaces de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido. Visto desde esta perspectiva los contratarían como hombres o mujeres del tiempo en los telediarios o como asesores de la AEMET.

No sé si el 2019 será un año mejor que el 2018. Ya parece que no hay predicciones mayas, ni del fin de los tiempos. Ha pasado la moda del Apocalipsis y se ha instalado la moda de echar cebolla frita en hamburguesas, perritos calientes y bocadillos de pollo. No obstante, me resultaron muy inquietantes, extremadamente inquietantes, las doce campanadas, made in Canary Islands, desde la Puerta del Sol con Cristina Pedroche y pim pam trucu-trucu Chicote, acompañados por un otro inquietante pitufo azul que luego Mini-Vil me aclaró que se trataba de un tal Brays Efe, alias Paquita Salas. Lo corté cuando intentó ampliar la información de aquel ser de color azul y de quien era la tal Paquita Salas en una telenovela en la red.

Volvemos a los Tres Reyes. Esta vez ha existido consenso entre todas las fuerzas políticas con representación en el salón de plenos de la Casa de los Dragos. La Cabalgata de Reyes de Santa Cruz ya se ha convertido en un desfile multicultural y heterogéneo y este año no va a ser menos. Allí te puedes encontrar a los Tres Reyes, faltaría más, junto a los Lunnis, a Tintín, Asterix y Obelix, los superhéroes de la Marvel, a un montón de pitufos, Brays Efe incluido, incluso no desentonarían la Ni Fu- Ni Fa, los Sabandeños o los Joroperos y alguna que otra batucada. ¡Vamos, un adelanto del Carnaval! Y deberían subir en una carroza a todos los exalcaldes de la época democrática a tirar confetis y caramelos. Los Reyes elegidos por votación popular a través de la página web, portal de transparencia y de Gobierno Abierto del ayuntamiento capitalino han dado como ganadores a: como Rey Melch(i)or, a don Ricardo; Rey Gaspar, a pesar del último impulso del mundo de la cultura porque se montara en el camello el Premio Canarias 2011, el señor Tejera Gaspar, será Llamazares y como Rey Baltasar, el ínclito Garzón. El primer problema ha surgido en la disparidad de opiniones con respecto a qué estrella seguir. El villancico We Three Kings parecía claro: "O estrella milagrosa, estrella de la noche. Estrella con real belleza brillante, guiando hacia el oeste, de proceder tranquilo, guíanos a tu luz perfecta".

Las cosas no son tan fáciles en Tenerife, con una hora menos. Melch(i)or mantiene su empecinamiento en que la estrella a la que hay que llegar es la que corona al Padre Teide. Llamazares duda entre La Habana y Teherán. Y Garzón no tiene dudas: la estrella, previo paso por la catedral de la Almudena, está en el Valle de Los Caídos, sede del oprobio nacional.

¿Y qué pasa con los deseos y propósitos de año nuevo? Lo primero viene con buenas noticias para nuestro nada representativo C.D. Tenerife. Con los problemas para lidiar con el Fair Play Financiero del jeque y su PSG, se abren las opciones para que recalen en la isla Mbappe o Neymar. Ambos darán minutos de descanso a los Ninos, Nanos, Nones o Pares, que pastan sobre el césped del Heliodoro, antes de que el estadio, propiedad del Cabildo, cambie su nombre a Concepción Stadium.

Y podía concluir ahora como lo hacían Tip y Coll: "¿Y la próxima semana? La próxima semana hablaremos del Gobierno". He llegado a la conclusión (yo solito) de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de políticos, deberían delegar su ejecución en buenos humoristas. De cualquier manera, cada vez que la política y los políticos aparecen en una conversación, me suelo refugiar en una frase de Woody Allen: "El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago".

God save Santa Cruz!