Cada fin y comienzo de año suele surgir un buen caudal de vaticinios, análisis, reflexiones y sesudos balances acerca de tendencias que se diluyen y otras que empiezan a tomar forma. A principios de 2018 nos dejaba Cristino Álvarez, que, bajo el seudónimo de Caius Apicius, sembró de sabiduría el concierto periodístico de la gastronomía sin perder nunca la seriedad y la pizca de socarronería de este gallego docto. Poco tiempo antes de ese último adiós, un servidor le realizaba una entrevista en la que apuntaba lo que para él estaba implícito en el manual de las buenas prácticas. Qué mejor, en estos compases de 2019, que recordar aquello en estos trazos.

"Todo esto ha cambiado mucho, desde luego -afirmaba el genial coruñés-, aunque haya que reconocer que buena parte de lo que entendemos por alta cocina siga siendo destinada a una ínfima minoría elitista". "Apenas se cocina en casa y eso es un drama; saborear un pescado es carísimo cuando en realidad es tan fácil como acudir a nuestros mercados para adquirir un extraordinario fruto del mar", aseveraba en aquella entrevista el miembro de la Real Academia de Gastronomía desde 2014 y con décadas escribiendo su crónica semanal para la Agencia Efe.

"El mismo pescado adquiere costes inauditos para formar parte de menús con los que se pretende estar en el candelero, por no decir aquellas épocas en las que había predilección por copiar a Adriá o a Santi Santamaría". Aprovechaba Cristino Álvarez para aclarar algunas de las prácticas del momento que él consideraba "barbaridades". "¿Pero cómo se pueden concebir maridajes en los que se sacan a relucir 14 vinos? ¿Se hace eso en alguna casa? Hay que ser serios y también educar en estas cosas con un mínimo de sentido común".

Otro de los aspectos en los que repara el gastrónomo gallego es el de estilos, visibles en los concursos de TV, en los que se abusa en la profusión de elementos. "Se añaden cosas y más cosas; es tremendo y creo que hemos abandonado la tendencia francesa para terminar anglosajonizándonos, es decir, haciendo verdaderos jardines con acelgas, estragón, ¡col china!". Inolvidable Caius Apicius, Cristino Álvarez.