Muchos recuerdos de la vida en común con su padre, del que heredó su pasión por el arte de la fotografía, deambulan por la mente de Poldo Cebrián (Santa Cruz de La Palma, 1948) cuando recorre la magnífica exposición de su obra y la de su progenitor que se desarrolla en Tenerife Espacio de las Artes de Santa Cruz hasta el próximo 10 de marzo.

Cebrián Poldo Cebrián: Dos generaciones (1949-2019) reúne una selección de más de un centenar de imágenes de diversas temáticas que encierran setenta años de historia de las Islas, sobre todo de Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera, sin contar los cerca de trescientos retratos de intelectuales y personajes de la vida social, cultural, artística y económica de Canarias, algunos de ellos ya desaparecidos, que se presenta bajo el título Humanidades y que han sido donados al TEA por el autor.

Desde el silencio define el contenido de las imágenes de gran formato de la primera sala, en las que Poldo Cebrián recuerda "el trampolín de la vida y las actitudes que tenemos ante ella, que seamos buenos", matizó con sabiduría y cierta actitud zen, porque sabe que todos vamos a acabar igual.

Parte de estas fotografías las realizó con la luz que se colaba tras un estor negro al que realizó una serie de cortes con un cuter. El resultado ha sido una serie de formas caprichosas que adquieren cierto aire abstracto.

La siguiente serie, "Desnudos", demuestra la belleza del cuerpo humano, de su formas, a las que sabe abstraer su esencia Cebrián. Hay una pieza en concreto, de la serie Cementerio Atlántico, un africano con un corazón rojo en una de sus manos cuyo contraste es impactante. "Quiero reivindicar que todos tenemos el mismo corazón, seamos del color que seamos", matizó.

El apartado dedicado a Retratos y Sociedad es un verdadero testimonio histórico del pasado de la isla, donde su padre captó escenas de la vida cotidiana como la recogida de pinocha, la construcción del aeropuerto de Los Rodeos, las fiestas del Cristo de La Laguna, las galerías de agua o la recogida del plátanos, además de bodas y espacios naturales que han cambiado de forma radical en el paisaje de las islas con el desarrollo turístico. También reúne retratos que realizó su padre a mujeres de La Palma. Todo un arte

"Mi papa hizo mucho por el Patronato de Turismo, del Cabildo de Tenerife lo dio a conocer en toda Europa" mostrando la belleza de sus parajes, defiende con orgullo Cebrián, quien también aludió al audiovisual que se proyecta en bucle, La isla soñada, realizado en los años 60. "Él fue el padre de la fotografía moderna en Canarias".

Poldo Cebrián también siguió la estela de su papa, como lo llama con cariño. "He hecho libros turísticos de Tenerife, La Palma, La Gomera, El Hierro y uno de todas las Islas a todo color, aunque yo me expreso, salvo cuando hago paisajes, con el blanco y negro, los colores del alma".

Estos "obreros de la fotografía", como se autodenomina Cebrián, siempre buscaron un lenguaje propio a través de la experimentación con la intención de expresar sus sentimientos y emociones ante la realidad circundante, ante el paisaje y los seres que viven en su entorno. Así lo refleja la exposición abierta en TEA, la más visitada de todas las que ha acogido el centro hasta el momento.

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