Ópera de Tenerife estrena hoy en el Auditorio de Santa Cruz ''Turandot'', la obra inacabada de Puccini que volverá a ser representada el jueves (21 de marzo) y el sábado (23 de marzo), con Giampaolo Bisanti como director musical, y Giuseppe Frigeni, como director de escena, coreógrafo y diseñador de luces.

La cuarta producción de la temporada, en la que intervienen la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el Coro de la Ópera de Tenerife,

navega entre la tradición y la reinterpretación que presenta Frigeni. Esta obra de Giacomo Puccini es uno de los títulos más representados del compositor.

El Extremo Oriente es el marco elegido por Puccini para desarrollar el tema de la que sería su obra póstuma, con arias como ''Nessun dorma'', ''In questa reggia'' o ''Signore, ascolta'' que han sobrepasado los escenarios líricos incorporándose al imaginario popular.

La propuesta de Ópera de Tenerife cuenta con las voces de Tiziana Caruso (La princesa Turandot), Carlo Ventre (Calaf), Alexandra Grigoras (Liù), Carlo Malinverno (Timur), Blagoj Nacoski (Altoum); Alfonso Mujica, Biao Li y David Astorga (Ping, Pong y Pang, respectivamente), Aleksandr Utkin (un mandarín), Néstor Gálvan (Príncipe de Persia) y María José Torres y Sara Ingrid Acosta (doncellas).

El vestuario es obra de Amélie Haas, quien ha encontrado la principal inspiración en la concepción de los trajes para esta producción en la sobriedad y pureza de la estética oriental, especialmente la japonesa; de acuerdo con las intenciones y principios de la dirección estética y dramatúrgica, y con el enfoque formal de la escenografía, con trajes que puedan habitar el espacio escénico, como formas abstractas simples y puras y no didácticas.

Para esta propuesta de escena de Turandot, Giuseppe Frigeni ha procurado juntar elementos escénicos y visuales poco llamativos, que dejaran resonar lo que la música evoca en lugar de ilustrarlo: transparencias y efectos de contraluz, deslizamientos fluidos de planos y dimensiones, contrastes dinámicos, ritualismos y cierta atmósfera absorta. Aun teniendo en cuenta la dimensión oriental del contexto, ha preferido la abstracción, evitando la redundancia de exotismos o los adornos chinescos, comentó el maestro en la presentación de la ópera.