Por heraldo se conoce a aquellos oficiales o caballeros que en el medievo se encargaban de llevar mensajes de sus correspondientes soberanos. Para la Standard-Triumph con sus nuevos modelos Herald -presentados en 1959 y manteniéndose en las cadenas de montaje hasta 1971- se puede decir que tal denominación representó toda una premonición, pues estos modelos rompieron moldes tanto en los diseños de sus líneas como en las innovaciones que incorporaban. Todos ellos se construyeron en carrocerías de dos puertas y tenían una combinación muy personal en sus líneas poseyendo las curvilíneas y rectilíneas en una agradable armonía. Su grupo motor era el típico de 4 cilindros de 10 h.p., potencia muy usada en todos los ejemplares Standard desde años antes, así como una caja de cambios de 4 velocidades. El catálogo del cliente disponía de las versiones: sedan, coupé, descapotable, rubia y furgoneta, circunstancia que lo hacía apto para multitud de actividades. Los intereses comerciales de los Triumph los defendía la empresa Matías Molina, S.A. y desde la llegada de los mismos se publicitaron en profundidad, incluso aun recordamos cómo por la radio se anunciaban como el coche de más capacidad de giro en Canarias, pues una de las características más conocidas eran esa, lo que pronto hizo que las dos principales autoescuelas del momento incorporaran los Herald para sus prácticas, tal es el caso de la Velox, con domicilio en la calle Los Campos, como su inmediata competidora San Cristóbal sita en la esquina de la calle Numancia con Méndez Núñez. Otra de las novedades que más agradecieron los mecánicos de aquel entonces eran la peculiaridad de sus capotes, pues estos, al ser envolventes y levantarlos, dejaban al descubierto toda su mecánica, incluso los ejes y ruedas delanteras. Esta novedad la llevaron también los modelos deportivos Spitfire y el GT-6).

En 1962, a tan solo tres años de la presentación de los Triumph Herald, la empresa Matías Molina se moderniza inaugurando un nuevo salón de exposición en el que son expuestos todos los modelos existentes en el catálogo, pero el lugar destacado estaba reservado para los Herald ya que por esas fechas casi se había convertido en estrella indiscutible de la organización y sus agentes contemplaban con satisfacción como los Triumph, con los más variados colores, formaba allá por donde circularan una serpiente multicolor.

En tan largo periodo de producción los básicos Herald sufrieron ligeras modificaciones en sus líneas, sobre todo en los frontales y parrillas, pero siempre conservaron el sello inconfundible que los caracterizaban, así como la distancia entre ejes de 3.896 mm.

Con la aparición del modelo 13/60 los Herald se rejuvenecieron, presentando ya unas líneas más acordes con aquellos tiempos de feroz competencia y los precios de venta quedaron fijados de la siguiente manera: Saloon 114.000,00 pesetas; convertible 123.000,00 pesetas; rubia 125.000,00 pesetas y la furgoneta 112.000,00 pesetas.

En la actualidad los Herald continúan siendo los heraldos o mensajeros de aquella época dorada del automovilismo al existir los ejemplares GC-58443 (rubia), GC-36153 (descapotable) y los TF-20925 (descapotable) o el TF-53785 (sedán) todos ellos en perfecto estado de conservación.