El excorredor Jesús Manzano, que hoy ha descrito una trama de dopaje masivo en el equipo Kelme, al que perteneció entre 2000 y 2003, ha revelado algunos de los términos utilizados para nombrar las sustancias dopantes que, según su relato, tomó por indicación de sus directores y de sus médicos.

Durante su declaración como testigo en el juicio de la Operación Puerto, Manzano ha dicho que comenzó a doparse en 2001, después de que su director, Vicente Belda, le convocara a una reunión con el preparador físico José Ignacio Labarta y el médico canario Eufemiano Fuentes y le dijera que le iban a dar "unas cositas para trucar el motor".

La afición de Belda por la mecánica del automóvil quedaba también de manifiesto, según el excorredor, cuando éste le llamaba para decirle que tenía que ver a Fuentes.

"A veces nos decía ''¿Te has puesto en contacto con el canario para ponerte el aceite?''. Se refería a la sangre, a que bajáramos a la consulta de (José Luis) Merino", el socio de Fuentes que quedó excluido de la causa por padecer alzheimer.

Una las sustancias que Manzano ha admitido haber usado es la EPO, que se administra mediante inyecciones intravenosas o subcutáneas y que aumenta la viscosidad de la sangre (hematocrito), lo que mejora el rendimiento físico. La Unión Ciclista Internacional (UCI) prohíbe competir con un nivel de hematocrito superior al 50 por ciento, ya que se considera que supone un riesgo para la salud.

Los miembros del Kelme, según Manzano, se referían a la EPO como ''pelas'' (de ''pesetas'') porque las dosis se miden en unidades internacionales.

"Hoy te tienes que administrar dos mil ''pelas''", ha asegurado el excorredor que le decían en el equipo, donde según su relato cuando se quería aumentar rápidamente el nivel de hematocrito de un corredor se le inyectaban vía intravenosa 4.000 ''pelas'' por la mañana y otras 4.000 por la tarde, tras regresar del entrenamiento.

Otro de los términos utilizados era el de ''gas bus'' para referirse al Actovegin, una sustancia de origen bovino que oxigena la sangre y que se administraba a los corredores en el autocar del equipo, mientras se dirigían a la salida de la etapa.

El uso de este producto, junto al de una hemoglobina de origen canino llamada Oxiglobin hacía que el entonces director del Kelme, Vicente Belda, dijera de sus corredores que ''unos días van ladrando y otros mugiendo'', según ha relatado hoy Manzano.

Las ''alubias'' era el nombre que recibía el Andriol, un tipo de testosterona, que según el testigo solo se utilizaba en los entrenamientos "porque daba positivo y había que dejar pasar cuatro días". Los corredores, ha añadido, recibían medio bote "o 20 o 30 ''alubias''" para irlas consumiendo.

Más allá de los términos empleados para referirse a las sustancias dopantes, Manzano ha hablado de la ''limosna'' para referirse al dinero -3.000 euros- que Belda le reclamó una vez para adquirirlos, aunque ha insistido en que, salvo en esta ocasión, fue siempre el equipo el que asumió su coste.

"En 2003 Belda vino por las habitaciones pidiendo lo que llamaba ''la limosna'' para los medicamentos, para la ''paloma mensajera''", ha dicho, aludiendo al sobrenombre recibido por el exciclista Alberto León, colaborador del médico Eufemiano Fuentes que se suicidó en enero de 2011 y que, según el testigo, se encargaba de llevar las sustancias dopantes y la sangre refrigerada a Francia.

Para pasar la frontera, las bolsas de sangre se metían "en bricks de vino o de zumo", ha dicho Manzano, que ha añadido que León no realizaba esa tarea en España porque el dopaje no se perseguía penalmente y no había riesgos.

"Las bolsas las transportaban por España como Pedro por su casa", ha señalado.