El CD Marino tiene ganas de plantar batalla, de demostrar al resto de rivales directos en la lucha por la permanencia que su caída se va a vender un altísimo precio. Cada semana que pasa quedan menos partidos, pero también es cierto que cada siete días que transcurren este equipo es mucho más competitivo. El Salamanca sufrió directamente el proceso de mejora del cuadro tinerfeño. Su triunfo ante los charros por dos a cero abre las puertas de la esperanza.

Airam García, ayer capitán, e Iker fueron los mejores del partido. Prueba de ello fue que las dos asistencias que motivaron los dos goles locales corrieron de su enorme calidad con el balón en los pies.

Pero para que llegara el 1-0 el Marino primero pasó por un proceso de adaptación al rival que vino a por todas y con el exblanquiazul Igor, junto a Borja, metiendo el miedo en el cuerpo de los centrales. Solo miedo porque lo que fue fútbol se les quedó en casa.

Se rozaba la media hora de partido cuando Airam sacó el primer conejo de la chistera. Asistió con tal precisión a Balduino, que éste solo tuvo que colarle por arriba el balón a Raúl Moreno. Alegría y primer golpe sobre la mesa.

Al Salamanca le entró el miedo en el cuerpo y se vino arriba. El Marino siguió a lo suyo y aprovechó los espacios que un equipo loco y desesperado dejaba una y otra vez. Sandro se quedó a solas con Moreno, pero el portero le detuvo su disparo. La siguiente ocasión del Marino fue para que el guardameta volviera a recoger el balón bajo la red. Zurdazo espectacular de Iker Izeta desde fuera del área que se coló por la escuadra. Gol de la jornada sin necesidad de ver el resto de tantos.

Todo fue bien hasta que un choque en las alturas entre el defensa Pol y Balduino provocó el silencio en las gradas. El golpe fue durísimo y hubo que sacar al delantero tinerfeño entre varios jugadores. Porque en el Antonio Domínguez no hay ni camillas ni tampoco se solicita la presencia de la Cruz Roja para evitar sustos como el de ayer. Pero Balduino se reincorporó tras varios minutos y volvió a pie a los vestuarios.

Igor se quedó en la caseta tras su mala primera parte y el técnico visitante comenzó a mover el banquillo. El Salamanca nunca contó una ocasión peligrosa. Tan solo una vez Alberto tuvo que estirarse al máximo en disparo de José Ángel.

Desde ahí hasta el final, el Marino estuvo perfectamente plantado sobre el terreno y Chema, Ayoze Placeres, Airam o Sandro contaron con opciones de ampliar el marcador.