El español Nicolás Almagro está en octavos de final de Roland Garros, su tenis es sólido y su carácter parece calmado, según él porque atraviesa "la etapa más feliz" de su vida.

"Me siento muy feliz. Estoy atravesando la etapa más feliz de mi vida personal y eso no puedo describirlo con palabras. Tengo todo lo que puedo pedir, a mi familia, a mis sobrinos, que daría la vida por ellos. Lo tengo todo, no puedo pedir nada más", dijo tras derrotar al italiano Andrea Seppi por 7-6(1), 6-0, 6-4.

Esa situación se traduce también en su juego: "Estoy jugando un tenis que hacía bastante tiempo que no había jugado".

Almagro aseguró que sus buenos resultados son el fruto del trabajo anterior. Reconoció que su temporada en tierra batida no fue buena, a parte de la final de Barcelona, pero aseguró que el parón previo a Roland Garros le ha permitido preparar este torneo "como se merece".

Ante Seppi entró "nervioso" porque su partido tardó en comenzar y le cambiaron de pista, pero a medida que ganaba puntos se fue relajando para acabar "con un nivel alto y bueno".

Para poder disputar por cuarta vez los cuartos de final tendrá que ganar a su "amigo" Tommy Robredo, al que ha vencido en los cinco duelos que han tenido.

"Lo importante es que habrá un español en cuartos. Eso bueno para el tenis español. Volvemos a demostrar que en tierra estamos un poco por encima del resto, algo que hemos logrado con humildad y sabiendo que las cosas no te las regalar. Hay que ganarlo semana tras semana. Si no valoramos a los rivales volveremos a caer", dijo.

Almagro se alegró del regreso al máximo nivel de Robredo tras su larga lesión y afirmó que eso "demuestra que con ilusión ganas se consiguen cosas".

El murciano recuerda que sus duelos contra el catalán, el último en el torneo de Acapulco de este año, "siempre han sido disputados" y advierte de que a cinco sets "será diferente". "Puede pasar cualquier cosa, será una batalla muy bonita", afirmó.