El nuevo ciclo de la natación sincronizada en España se pondrá a prueba en el Mundial de Barcelona, donde al mando de la nave estará la nueva seleccionadora, Esther Jaumà, quien sustituye a la laureada Anna Tarrés, después de su convulsa salida del equipo tras los Juegos de Londres.

Su baja y la de Andrea Fuentes marcaron el inicio del equipo de Jaumà, quien se vio obligada a cambiar de capitana y le dio los galones a Ona Carbonell y sabe lo mucho que se juega en un Mundial que se disputa en casa y en el que España buscará sumar, al menos, las mismas medallas que en el último Mundial, es decir seis.

Jaumà le ha dado otro empaque al equipo, más técnico que creativo, pero ha tenido poco tiempo para que se note su mano. Confía en Carbonell, una excelente solista, en la calidad del dúo con Marga Crespí, en la consistencia del grupo y en la explosividad del ejercicio de la combinada.

En todo caso, el equipo se sentirá observado con lupa. La comparación con Anna Tarrés será continua. Las medallas de oro, salvo en el combo donde puede haber sorpresas, serán patrimonio de las rusas y la ausencia de China en el ejercicio por equipos y en el combinado, le da aire a las españolas.

España estrena la mitad de las coreografías. Se mantienen las del dúo y debido a la ausencia de Andrea Fuentes. En el solo, las dos coreografías son nuevas.

Ona Carbonell, que se estrena como solista desde que era júnior, contó con la colaboración de Gemma Mengual y de Virginie Dedieu en el solo técnico.

El tema ''Barcelona'', de Freddy Mercury y Montserrat Caballé, será la apuesta en el ejercicio libre. La soprano abrió las puertas de su casa a Carbonell e incluso le hizo recomendaciones actorales.

En el técnico, Carbonell interpretará ''Black Izard'', una mezcla de violines y voces. Se nota la influencia de Dedieu, una nadadora que fue campeona mundial y olímpica en solo durante muchos años, y también de Mengual.

En el dúo, la apuesta es Marga Crespí, una visión de futuro. De edades similares, el empaste es fundamental con Ona Carbonell para sacar el máximo rendimiento.

En esta competición, el equipo ruso, con Svetlana Romashina -que también es la solista- y Svetlana Kolesnichenko también es el máximo favorito. Las chinas están en un escalón similar al de las españolas.

Por equipos, el programa incluye tres pruebas (libre, técnico y combinado) y España estrena coreografías en el libro y el combo. En el libre, la interpretación será ''Samsara''. "Es un concepto muy místico, muy espiritual. Significa el círculo de la vida. Nos ha resultado muy difícil tanto a nivel musical, con la música de Salvador Niebla, como de movimiento", ha explicado a EFE Jaumà.

El ejercicio de la combo es muy dinámico, se nada al ritmo de la música de Elvis Presley. "Es muy resultona, va a gustar. Con este ejercicio queremos llegar al público y a los jueces", comenta la seleccionadora.

Por equipos, además de Rusia, España tendrá que estar atenta Ucrania y a Japón. El reto es máximo, sumar medallas en las siete pruebas. En Shangai, en el último Mundial, el equipo de Tarrés consiguió seis. La comparación será inevitable.