Se marchó cedido al Noja, a finales de agosto, como centrocampista y volverá al Tenerife, en junio de 2014, con experiencia en el puesto de mediapunta. Hace dos días, en la visita al Coruxo, el técnico del equipo cántabro, Claudio Arzeno, descubrió la versión ofensiva de Abel Suárez. Lo situó por detrás del delantero y le salió bien. El futbolista majorero respondió con dos goles.

"Llegué a jugar en ese puesto siendo cadete, pero en el Tenerife no lo hice nunca", recuerda un futbolista que completó su formación en el club blanquiazul desde los 17 años -ahora tiene 22- y que lleva dos salidas a préstamo seguidas, después de completar la segunda vuelta de la Liga pasada en el Guijuelo. Con 26 partidos jugados en el representativo y la garantía de tener una temporada más de contrato, el canterano trata de sacar provecho de la nueva experiencia que está viviendo en el equipo del Grupo I de Segunda B, un aspirante a la permanencia que, con un encuentro pendiente, se encuentra en el octavo lugar de la tabla.

Aparte de haberse afianzado en las alineaciones, ya es el segundo goleador del Noja, con tres tantos. Marcó en su debut, en la visita al Oviedo, y repitió el domingo. Así fueron los que consiguió en O Vao. "El primero fue de cabeza. En el otro recibí un pase atrás y rematé con la izquierda al palo. El balón entró ajustado". Dos de las cinco dianas que lograron los cántabros llevaron su firma.

Abel, que en el Noja ya ha actuado como central, volante y mediapunta, está encantado por la confianza que le está brindando Arzeno. "Mientras pueda aportar, como si juego de portero. Lo importante es acumular minutos y volver al Tenerife más hecho como jugador", afirmó el futbolista de Puerto del Rosario, sorprendido por sus registros ofensivos. "En el Tenerife marqué cuatro goles en Tercera, pero lo hice en toda una temporada". Ahora lleva uno menos en ocho jornadas. "No es normal, pero espero seguir así".

Pero la estancia en el Noja también está siendo satisfactoria por lo que pasa fuera del campo. "Vivo solo en un piso y estoy aprovechando para estudiar", cuenta un isleño adaptado a la localidad del norte de la Península. "En el pueblo hay unos 2.500 habitantes y la gente es muy amable. Además, el club es muy familiar. No es como Tenerife, donde todo tiene repercusión. Aquí no nos siguen las radios ni nada de eso. Pero hay mucha cercanía. El presidente viaja con nosotros en la guagua".

Y hablando de viajes. El del domingo fue de los que no se olvidan. "Salimos de Noja a las seis de la mañana, comimos en un área de servicio, seguimos hasta el campo del Coruxo y regresamos a casa por carretera. Llegamos a las cinco de la madrugada". Y Abel lo relata sonriendo.