La convocatoria con la selección española culminó hoy la explosión en el fútbol europeo del hispano-brasileño Diego Costa, un futbolista en un momento extraordinario en el último año, en el que ha dado el gran salto hacia el éxito, sobre todo en este curso, en el que suma dieciséis goles en otros tantos partidos.

Tras semanas de debate en torno a su elección por el combinado que dirige Vicente del Bosque en lugar de por Brasil, donde le había reclamado Luiz Felipe Scolari para los próximos dos amistosos, este jueves entró en su primera citación de la selección española, la recompensa al sensacional comienzo de campaña del ariete rojiblanco.

Diego Costa es el motor ofensivo del Atlético. Su potencia, su capacidad para el desmarque, para desmontar defensas con un simple movimiento al espacio o cuando toma velocidad con la pelota controlada, su intensidad en la disputa de cada pelota y, sobre todo, su facilidad goleadora le han dado un sitio en la ''Roja''.

"Está enorme en todos los sentidos, está creciendo mucho en los apoyos, en la recuperación de la pelota, en la conexión del equipo de espalda... Está agrandando su juego y va a seguir creciendo", destacó el argentino Diego Simeone, su técnico en el equipo madrileño, tras vencer al Athletic Club, el pasado domingo (2-0).

Su inicio de temporada es imparable. Ha logrado dieciséis goles en otros tantos encuentros oficiales. Sólo se ha quedado sin marcar frente al Barcelona, en la Supercopa de España, y la Real Sociedad y el Espanyol, en la Liga; cuatro partidos que no han detenido la voracidad en ataque del atacante del Atlético, máximo goleador de este curso de Liga junto a Cristiano Ronaldo, con 13.

Ahora enlaza cinco encuentros consecutivos con gol, los dos partidos de Liga de Campeones frente al Austria Viena, uno de ellos con ''doblete'', y los tres últimos duelos del campeonato contra Betis, Granada y Athletic Club, pero su racha comenzó meses atrás, desde el final del curso pasado. Desde entonces, veinte tantos en diecinueve partidos con el Atlético, con el que renovó hasta 2018.

Es su mejor momento en el fútbol español, impulsado por la confianza del argentino Diego Pablo Simeone, que le ha dado la continuidad y la importancia que, por rendimiento, merece el delantero, que entre la pasada y la actual temporada ha jugado 60 encuentros y ha logrado 37 goles, uno de ellos en la final de la Copa del Rey ganada al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (1-2).

Su viaje hacia el reconocimiento de su fútbol no ha sido nada fácil. Procedente de la Liga portuguesa en enero de 2007, con 18 años, tardó tres años y medio en jugar su primer partido oficial con el Atlético, en 2010-11. No contó antes para el equipo rojiblanco, que lo cedió al Celta (2007-08) y al Albacete (2008-09) y que lo traspasó y recompró al Valladolid, en el que militó en 2009-10.

En el verano de 2010 seguía la incertidumbre sobre su futuro cuando se incorporó a la pretemporada del Atlético, pero salió vencedor del debate en el club sobre la elección para la última plaza de extra-comunitario de la plantilla entre él y el argentino Eduardo Salvio, que se marchó cedido al Benfica.

La temporada 2010-11 jugó ya 39 choques, 19 de ellos como titular, y logró siete goles. La competencia en esa posición era exigente en esa campaña, con el argentino Sergio ''Kun'' Agüero y el uruguayo Diego Forlán como los delanteros de referencia en esa época.

Una grave lesión de rodilla al siguiente verano, rotura del ligamento cruzado anterior, obstaculizó de nuevo su progresión. Estuvo seis meses de baja y, en enero, fue cedido al Rayo Vallecano, con el que jugó 16 encuentros y acumuló diez goles, antes de volver al Atlético para iniciar un camino imparable hacia la selección.