El Barcelona recibe mañana (20.45 horas) a uno de los grandes de Europa, el CSKA de Moscú, inmerso en una crisis de juego y necesitado en la Euroliga de los buenos resultados que ha conseguido en la ACB, donde se mantiene invicto tras cuatro sufridas jornadas de Liga.

El nuevo proyecto del baloncesto azulgrana, que cuenta con seis caras nuevas -si sumamos la incorporación desde el filial del joven Mario Hezonja- se encuentra aún en fase embrionaria.

En el torneo doméstico ha ido maquillando la falta de adaptación de algunas de sus nuevas piezas con trabajadas victorias, muchas veces resueltas en finales ajustados, pero en la Euroliga la cosa es diferente.

Tras vencer en el Palau al Partizan de Belgrado en la primera jornada, cayó en la pista ante el Fenerbahce Ulker, precisamente el mismo escenario en el que la semana pasada perdió con claridad el CSKA.

Sin embargo, las alarmas saltaron después de que el modesto Nanterre francés venciera en el Palau, contra todo pronóstico, y después de un nefasto último cuarto del conjunto catalán.

El Barça pues se presenta a esta cuarta cita europea con un balance negativo de 1-2 y necesitado de una victoria de prestigio ante uno de los favoritos para ganar la Euroliga.

Sin los lesionados Brad Oleson y Erazem Lorbek, la buena noticia en este arranque de temporada es la vuelta de Navarro, la eclosión de Àlex Abrines o el liderazgo que está mostrando Marcelinho Huertas.

De las caras nuevas se espera aun mucho más, especialmente de Kostas Papanikolau, la estrella del nuevo proyecto de Xavi Pascual y al que todavía le falta soltarse.

El CSKA llega al Palau después de sumar su primera y contundente derrota en la competición ante el Fenerbahce (86-60). El equipo de Ettore Messina ha vuelto a reforzarse bien esta campaña, tras quedarse a las puertas de la final de la Euroliga pasada.

Con un inacabable fondo de armario -tiene una plantilla de quince jugadores- y un equipo muy competitivo y repleto de talento, la escuadra moscovita aspira, una vez más, a todo este año.

Cuenta con dos fichajes de primer nivel como los estadounidenses Jeremy Pargo -exMaccabi- y Kyle Hynes -exOlympiacos-, y la incorporación de Vitaly Fridzon, procedente del Kimkhi.

Esta tripleta se une a hombres ya conocidos como Teodosic, Jackson, Krstic, Weems o Kaun, lo que da una idea del potencia del CSKA.

El partido de mañana es un clásico del viejo continente, pues ambos equipos se han enfrentado 22 veces (incluidas cuatro Final-Four), con un balance favorable para los rusos de 12-10.

También será un clásico de los banquillos, ya que Pascual y Messina se han visto las caras en 17 ocasiones, con un balance claramente favorable (12-5) para el técnico azulgrana.