El español Rafael Nadal, que hoy avanzó a la tercera ronda del Abierto de Australia tras imponerse con autoridad al australiano Thanasi Kokkinakis, por 6-2, 6-4 y 6-2, comentó que el intenso calor hace "imposible" jugar en las pistas exteriores.

"Con ese calor es imposible jugar fuera", apuntó tras el encuentro el primer favorito en Melbourne, que saltó a la pista central más tarde lo previsto debido al cierre del techo del Rod Laver Arena.

El número uno del mundo reconoció que así las condiciones "eran mejores, sin duda", aunque igualmente "duras". "Había mucha humedad", afirmó.

Nadal remarcó el nivel de su tenis en la primera y tercera manga, donde brilló especialmente con su servicio y se mostró agresivo desde el fondo de la pista. "En el segundo set no jugué tan bien. Me paré un poco, jugué con menos intensidad y cometí más errores", subrayó.

"Ya fue capaz de superar la primera ronda ante un rival difícil", destacó Nadal sobre el joven tenista australiano, de 17 años, al que aventuró un "futuro fantástico" en el circuito profesional. "Tiene un gran servicio y un gran golpe de derecha. Creo que tiene todos los ingredientes para convertirse en un gran jugador", agregó.

El español, que en esta edición ya se ha medido con dos jugadores locales, indicó que los aficionados le hacen sentirse "muy especial" en Australia. "Incluso cuando estás jugando contra un jugador australiano te respetan", aplaudió.

Por su parte, Kokkinakis definió a Nadal como "una bestia". "Enfrentarme a estos jugadores supone una experiencia positiva y fantástica para mí", añadió. El australiano reconoció, asimismo, que debe "seguir trabajando". "Tengo mucho margen de mejora", abundó.