Álvaro Cervera tenía claro el plan. Al equipo con mayor porcentaje de posesión de balón de la Liga no se le puede pelear la iniciativa del partido. Por eso, decidió replegarse e iniciar la presión en su campo con Aitor Sanz y Ros por delante de Quique Rivero. Las bandas quedaron para dos futbolistas de trabajo, como Édgar Méndez y Chechu Flores, que tenían la misión de impedir que los laterales visitantes sufrieran en el uno contra uno con Denis Suárez y Adama Traoré. La idea triunfó durante 25 minutos. Justo el tiempo que tardó en abrir el marcador el Barcelona B, cuya (escasa) afición comenzaba ya a desesperarse.

Una innecesaria falta de Aitor Sanz cerca de la frontal del área abrió el camino del triunfo para los de Eusebio Sacristán, asfixiados hasta ese momento por las constantes ayudas defensivas de su rival y planos en el toque. Fue Denis Suárez el que superó la barrera y mandó el balón a dormir en las redes de la meta defendida por Roberto, que se quedó petrificado. El plan A ya no servía y el Tenerife se vio obligado a dar un paso adelante para meterse en el encuentro.

Le costó porque, precisamente en la falta que dio origen al 1-0, "perdió" a su mejor hombre para iniciar la presión con la amarilla que recibió Sanz. Su técnico le protegió, adelantando a Quique Rivero. Pero así, casi nunca robaron los blanquiazules que vieron como llegaba el descanso casi sin pisar el área adversaria. Su único acercamiento había llegado en los primeros minutos en una internada de Édgar, que acabó con un disparo al exterior de la red (4'').

Con el marcador a favor, el Barça B jugó más cómodo... y más tranquilo. Entre Chechu y Roberto abortaron una peligrosa oportunidad de Espinosa, que recibió de Carles Planas dentro del área y en situación ventajosa (38''). El caso es que el Tenerife seguía defendiendo bien, casi sin fisuras, más allá de las mencionadas. Pero no era suficiente y tuvo que variar tras el descanso su estrategia. Cervera dio entrada a Juanjo y adelantó su línea defensiva, así como el inicio de la presión. Hasta el área rival se fueron los blanquiazules para inutilizar la salida, siempre en combinación del filial azulgrana. En el primer robo, Raúl Cámara puso un gran balón a Ayoze Pérez, que le pegó "mordido" al balón (47''). Un minuto después fue Chechu el que recuperó la pelota y asistió en inmejorables condiciones para el tinerfeño, que disparó alto.

Los dos errores y algún gesto poco habitual en él (un airada protesta arbitral con manotazo al balón incluido) alimentan el pensamiento de que la semana le ha pasado factura a la joven figura de la escuadra blanquiazul. Nada que reprocharle en el esfuerzo. Mucho en el acierto. Y eso último, en ocasiones, reside tanto en los pies... como en la cabeza. La resolución de su futuro, sea la que sea, le ayudará a pensar solo en fútbol.

Esta falta de puntería (también falló una clara Aitor Sanz) condenó al Tenerife a que el previsible guion del partido se completara con el dos a cero barcelonista. Lo intentó Dongou en dos ocasiones (53'' y 64''), pero fue Dani Nieto el que terminó de decantar la contienda. En una diagonal que arrancó en la izquierda fue superando contrarios, casi sin oposición, y remató cruzado ya desde dentro del área (74''). La respuesta defensiva insular dejó bastante que desear en la acción.

Para entonces, los cambios visitantes se habían agotado. Con Cristo de mediocentro y Suso en la derecha, el Tenerife arriesgó aún más y careció del mismo éxito que en su plan inicial. Se marcha con derrota y la misma duda que al principio: replegarse y esperar o presionar muy arriba para ahogar al Barcelona B en la salida. De las dos formas encajó un gol.