El Iberostar Tenerife quiere recuperar las buenas sensaciones que siempre ha demostrado en su cancha del pabellón Insular Santiago Martín ante la presencia, mañana, del Unicaja de Málaga.

El conjunto de Alejandro Martínez, después de una sequía de victorias, sumó una valiosa ante el Herbalife Gran Canaria en su último encuentro como local. Ahora recibirá al equipo malagueño ante el que está dispuesto a seguir sumando triunfos y más ante su afición.

La novedad para este choque será el debut en casa del canadiense Carl English y del australiano Daniel Kickert, dos hombres que debutaron el pasado domingo frente al FIATC Joventut, pero que ahora lo harán ante su público y que, después de dos semanas de trabajo con el grupo, esperan estar al cien por ciento.

Por contra, el técnico del conjunto tinerfeño no podrá disponer una semana más del alero Saúl Blanco, que sigue recuperándose de una microrotura fibrilar, mientras que se mantiene la duda de Juan Pedro Gutiérrez, también algo tocado y que no ha podido ejercitarse con normalidad a lo largo de la semana.

El duelo ante el Unicaja, cuarto clasificado de la Liga ACB, se presenta muy duro para los hombres de Alejandro Martínez, no en vano es un rival con potencial en todas sus líneas, como ha destacado el técnico aurinegro.

Los malagueños vienen de ganar con autoridad a todo un Laboral Kutxa (83-64), un partido donde destacó el base Jayson Granger, al pívot Vladimir Stimac y el alero Kuzminskas, pero jugadores como Ryan Toolson, Dragic, Fran Vázquez o Txemi Urtasun hacen que el Unicaja disponga de un arsenal de primer nivel, como lo han demostrado a lo largo de la competición.

Pero el Iberostar Tenerife juega en casa en donde ha hecho grandes cosas, y vital será salir al máximo nivel, no permitir dar facilidades al rival y controlar los rebotes y, además, estar a un buen nivel de aciertos en ataque. No estará Saúl Blanco, pero Martínez espera que tanto Levi Rost como el nuevo Carl English tomen la alternativa y empiecen a demostrar su valía.

El Unicaja llega a Tenerife directamente de Atenas, donde jugó ayer contra el Panathinaikos y perdió por 69-60. Viene a defender esa cuarta plaza de la clasificación y buscará la fórmula de que no se le "trabe" el partido.

Mientras, los laguneros dispondrán de una gran oportunidad de demostrar que es otro equipo de los grandes, que puede aspirar a más y dejar claro que ya han superado ese bache. Eso es cuestión de mentalización y trabajo durante los cuarenta minutos de partidos y no permitir que el rival pueda hacer su juego habitual.