El nadador grancanario Enhamed Enhamed acaba de sumar este sábado a su extenso palmarés deportivo el logro de haberse convertido en el primer atleta ciego que termina el triatlón más duro del mundo, el Ironman de Lanzarote, un desafío que él valora por encima de cualquiera de sus títulos.

"Me siento muy feliz, porque es un reto conseguido y un sueño logrado. Haber cruzado esa línea de meta me supo mucho más que cualquiera de las medallas que he conseguido de natación", señala Enhamed, que a sus 26 años posee ocho títulos mundiales y siete medallas en los Juegos Paralímpicos (cuatro de oro).

Acompañado por su entrenador y guía, Andreu Alfonso, y su perra Gayla, el deportista grancanario consiguió completar este fin de semana en 13 horas, 53 minutos y 55 segundos el Ironman de Lanzarote, prueba que consta de 3,8 kilómetros de natación en el mar, 180 kilómetros de carrera en bicicleta, con unos 2.500 metros de ascensión acumulada, y una maratón a pie (42,2 Km).

"Ahora pienso en todos los meses que entrené para llegar al final de esta prueba, pero que nunca visualicé como sería ese momento. Ha valido la pena, he tenido sensaciones únicas y, además, he podido compartirlas con una persona tan extraordinaria como Andreu y estar acompañado por mi perra, a la que incluso le han dado una medalla", relata.

Enhamed, al que muchos consideran el mejor nadador paralímpico de la historia, reconoce que ha aprendido "muchas cosas" durante este periodo de preparación para la cita lanzaroteña.

"Por encima de cualquier cosa, he aprendido a amar el deporte en sí mismo, ya que en una prueba así el eje central es la solidaridad, la energía que viene de los demás y la que tú portas con tu ejemplo. Ha sido una carrera que he hecho tanto con los participantes como con los aficionados", valora.

Enhamed pretende ahora descansar y relajarse unos días para recuperar fuerzas y afrontar otros retos, como el de ascender este verano el techo de África, el monte Kilimanjaro (5.895 metros).

"De todo corazón doy gracias por el apoyo que me han mandado estos meses, sobre todo la gente que ha participado del reto de Enhamed y a todos los espectadores que estaban el sábado en Lanzarote", dice.

El deportista grancanario señala que nunca se planteó este triatlón para ser reconocido como el primer invidente español en hacer un Ironman (y el primero en general que completa el de Lanzarote), aunque le satisface que su hazaña sirva de "ejemplo" a otras personas para que cumplan sus desafíos en la vida y en el deporte.

Enhamed Enhamed (Las Palmas de Gran Canaria, 1987) dejó de ver a los ocho años, cuando "ganó la ceguera", como a él le gusta repetir, porque esa circunstancia le encaminó hacia el deporte.

Ha participado en varios campeonatos mundiales de Natación y en tres Paralimpiadas (Atenas, Pekín y Londres), aunque después de los Juegos de 2012 se ha ido apartando paulatinamente de las piscinas.

En la actualidad, ha orientado su profesión al asesoramiento de grupos y empresas, a los que imparte charlas de motivación.

Para él, participar en un Ironman no solo suponía el reto añadido de su ceguera, sino también adaptarse a dos disciplinas deportivas que casi no había practicado, ya que dejó de montar en bicicleta a los ocho años y nunca, hasta ahora, había corrido más de 22 kilómetros.