La rumana Simona Halep, campeona júnior de Roland Garros en 2008, y la alemana de origen bosnio Andrea Petkovic, se enfrentarán mañana en las semifinales de Garros tras eliminar hoy, respectivamente, a la rusa Svetlana Kutnesova, por 6-2 y 6-2, y a la italiana Sara Errani, también por un doble 6-2.

La otra semifinal se la disputarán la rusa Maria Sharapova, verdugo el martes de la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza por 1-6, 7-5 y 6-1, y la canadiense Eugenie Bouchard, que eliminó a la española Carla Suárez por 7-6 (4), 2-6 y 7-5.

En una jornada de tenis trastocada por la lluvia, que obligó a retrasar tres horas el inicio de los partidos, la primera en cerrar su partido fue Petkovic, la jugadora con peor ránking de las cuatro quedan en liza en París, pero con estudios de filosofía y literatura y alumna de ciencias políticas.

La alemana, de 26 años y en el puesto 27 de la clasificación de la WTA, nunca antes había llegado tan lejos en un Grand Slam.

Petkovic, a la que se le ha oído mencionar a Nietzsche o Albert Camus en sala de prensa, escenario poco habitual para citas filosóficas o literarias, se planteó dejar el tenis y dedicarse al periodismo en 2012, asediada por las lesiones y hundida hasta el puesto 192 del ránking de la WTA.

Pero se aferró a su raqueta en 2013, alcanzó dos finales (Nuremberg y Washington), remontó el vuelo y este año logró su segundo título como profesional, en Charleston.

Se ha medido en tres ocasiones con Halep, de 22 años y la única jugadora del cuadro que aún no ha perdido un solo set en todo el torneo.

El histórico entre ambas arroja dos victorias y una derrota para la rumana. El último triunfo fue en la final del torneo de Nuremberg de 2013, único título profesional de Halep por el momento.

"Ha pasado un año y quizá las dos hayamos mejorado. Tendré presión, porque son las semifinales, pero haré todo lo que pueda por ganar", comentó la rumana tras lograr su primera clasificación para una semifinal en un "grande".

Antes de esa victoria en Alemania, la jugadora de Constanta, a orillas del Mar Negro, también acaparó la atención mediática por su voluminoso pecho. Pero en 2009 se sometió a una operación para reducir su busto, ganar velocidad de reacción y evitar que los fotógrafos buscaran siempre la instantánea de su profundo escote.

"No quiero hablar de ello. Fue hace mucho tiempo y es algo personal", zanjó hoy en sala de prensa, sonriente y directa.

El otro billete para la final se lo disputarán mañana, no antes de las 13.00 GMT, Sharapova, campeona en 2012 y finalista el año pasado, contra Bouchard, de solo 20 años y protagonista de una ascensión fulgurante en el ránking de la WTA, donde ya es decimosexta.

La rusa ha derrotado a la canadiense en los dos partidos que han disputado hasta la fecha, en Miami y en Roland Garros, ambos en 2013. Sin embargo la joven de Montreal, que terminó en el puesto 32 de ránking el año pasado, ha escalado peldaños y se ha convertido en la sorpresa del torneo.

Llegó a París tras hacer semifinales en el Abierto de Australia, después de proclamarse vencedora del torneo de Nuremberg y con dos victorias contra "top-ten", contra Errani y la serbia Jalena Jankovic.

Para llegar a la antesala de la final, Bouchard se deshizo con solvencia en octavos de final de la alemana Angelique Kerber (9) y de la española Carla Suárez (15) en cuartos, siempre en dos sets.

De pequeña admiraba a Sharapova, desde las faldas con las que jugaba hasta la solidez mental de su tenis. Y ahora hay quien le saca parecidos y considera que la canadiense es el relevo físico y tenístico de la rusa.

"Ser vista como el delfín de una persona que ha ganado en Grand Slam, que ha sido número 1 del mundo, es un cumplido y, al mismo tiempo, yo soy yo misma, y no ella. Y quiero ser yo misma en la cancha", resumió Bouchard.

Sharapova, que encadena cuatro semifinales seguidas en París y que ya tiene en sus estantería un título de cada uno de los cuatro "grandes", tuvo que remontar una manga en esas dos rondas, primero contra la australiana Samantha Stosur (18) y después contra la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza (35).

Al principio del torneo, y una vez eliminadas -antes de lo que cabía esperar- jugadoras de más jerarquía que la rusa, como la china Li Na (1) o la estadounidense Serena Williams (2), Sharapova aseguró que no veía razones objetivas para no considerarse favorita para levantar el próximo sábado la copa Suzanne Lenglen.

No obstante, y a medida que se le atragantaba algún set según avanzaba de ronda, fue moderando el discurso para ceñirse al manido partido a partido.

"Esta generación joven tiene mucha ambición", remató Sharapova, que a sus 27 años es la decana de las cuatro raquetas que aspiran a levantar la copa Suzanne Lenglen en un torneo de Roland Garros el próximo sábado.