Un preparador físico de 27 años, todos los ayudantes, incluido el de porteros, con pasado en el Barcelona, un psicólogo y, al frente de ellos, Luis Enrique Martínez, un entrenador dispuesto a triunfar ante la gran oportunidad de su vida, en un cambio de técnico de una temporada a otra en la que Gerardo Martino sorprendía por su método de preparación física y hasta en los "scoutings".

Son dos mundos totalmente diferentes y opuestos. Martino fichó por el Barça para tocar poco, rendido a las excelencias del club y de sus jugadores, llegó en unas circunstancias muy complicadas, con la pretemporada ya en marcha y nunca supo cambiar el aire abúlico del equipo.

La apuesta de Luis Enrique es otra. La directiva confía en él como el entrenador que tiene que regenerar el ciclo ganador y está dispuesto a cumplir con su cometido. El Barcelona se lo ha dado todo, ha fichado a prácticamente todos los jugadores que ha pedido, se ha gastado la cantidad más alta de toda su historia (143 millones de euros) y ahora necesita imponer su idea.

No es un "míster látigo" al uso, un entrenador dispuesto a machacar a sus futbolistas con sesiones de ultramaratón a las que él está acostumbrado. Para ello hay que conocer a su preparador físico.

Rafel Pol es un mallorquín de Campanet. Un alumno aventajado en las aulas del INEF de Cataluña de Paco Seirul·lo, el preparador físico por excelencia del club -primero en el equipo de balonmano y después del de fútbol-.

Pol tiene 27 años. Luis Enrique supo de sus conocimientos por Robert Moreno, uno de sus ayudantes en el Barça B. Moreno, que pertenece al actual equipo técnico del Barça, publicó en su editorial un libro escrito por Pol: "La Preparación ¿Física? en el fútbol".

Moreno presentó a Luis Enrique al preparador físico y el asturiano, prendado por los conocimientos del joven mallorquín, le confío la preparación física del Roma. Pol tenía entonces 24 años.

Su método de trabajo se aleja del convencional sistema de cargas continuadas, es un sistema integral no lineal en el que los diferentes conceptos se trabajan a la vez.

"La mejor forma de entrenar es jugando al fútbol y no haciendo trabajo físico aislado". Es uno de los preceptos que Luis Enrique compró desde el primer minuto.

Además de Moreno y de Pol, en el equipo técnico de Luis Enrique figuran Juan Carlos Unzué, que es la mano derecha del asturiano, el auxiliar Joan Barbará, el entrenador de porteros José de la Fuente y el psicólogo Joaquín Valdés.

El trabajo de "scouting" con la utilización de las nuevas tecnologías es habitual. En la Ciudad Deportiva se han arrinconado las impresoras y los bolígrafos utilizados por Adrián Coria y Raúl Marcovich, los ayudantes de Martino, para dar paso a las tabletas, al análisis de las acciones de juego, a la estadística, al trabajo con GPS y al uso del software más moderno.

Es impensable que nadie, como ocurrió en el pasado curso, pueda criticar los métodos físicos. El año pasado la plantilla ya se dio cuenta de los anticuados métodos de preparación durante la gira de pretemporada, algo que incluso se podía comprobar hasta en los calentamientos previos a los partidos. Incluso uno de los pesos pesados de la plantilla se quejó en público a Elvio Paulorosso, el preparador físico, por la nula intensidad de los ejercicios que ordenaba.

El Barcelona se ha agarrado al método Luis Enrique. A la exigencia del nuevo entrenador. Sesiones cortas, pero más intensas. Es una temporada trascendente en la que tienen los azulgranas que recuperar el crédito perdido, volver a ser el equipo de referencia.