El meta Jacobo Sanz admitió ayer su error en el gol que encajó el sábado ante el Albacete y que puso en desventaja al Tenerife en la primera parte.

Jacobo fue muy explícito en su comparecencia ante los medios tras el entrenamiento de ayer en el Heliodoro. "Sé como es esto, el fútbol es una montaña rusa, que va por momentos". Jacobo se mostró confiado en sus posibilidades. "Vengo trabajando bien durante la semana y no se refleja el día de partido. Cuando fallas no te van a decir que eres bueno. Mi hija se pone y para ese balón. Es un fallo mío, en el fútbol, y más en mi posición, hay que saber convivir con los fallos, pero la presión no me va a poder. Llegará el día que haga paradas y dé puntos al equipo y no significará que sea mejor entonces", razonó el portero, que ya en Ponferrada erró en el único gol del partido.

Con respecto a la jugada del señalado gol en concreto, el portero explicó que pensó que el jugador del cuadro manchego iba a cruzar el balón, "y ahí está el fallo, por intentar anticipar". Además, añadió que el problema se produjo porque se intentó adelantar a la jugada y no acertó. "La acción duró un segundo y al final acabó ese balón dentro", añadió.

"Sé que tengo que mejorar, de aquí al 30 de junio se verá lo que soy", asegura Jacobo, que lamentó el empate que el equipo blanquiazul logró en un partido en el que tuvieron muchas ocasiones de gol, mientras que el Albacete tuvo más posesión, pero sin aparente peligro.