La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha convocado para el próximo 2 de noviembre en Madrid el primer Campeonato de España de ''agility'', una modalidad competitiva en la que perros son guiados por sus dueños a través de una serie de obstáculos, según ha anunciado la Unión de Clubes de Agility (UCA).

La disciplina, en la que los dueños deben conducir a sus animales a lo largo de un recorrido contrarreloj sin más medios que la voz, las señales manuales o el lenguaje corporal, fue declarada oficialmente como deporte por el Consejo Superior de Deportes (CSD) el 29 de mayo de 2013, una decisión recibida con "alegría" y "alivio" por el sector, según la presidenta de UCA y delegada de Agility en la Real Federación Española de Caza (RFEC), Yvonne Visser de Ramiro.

En declaraciones a Europa Press, Visser de Ramiro ha indicado que el campeonato contará con una participación de cerca de 150 perros con sus respectivos dueños así como dos jueces internacionales, el inglés Anthony Griffin y el portugués Luis Naracias.

Serán ellos quienes diseñen un recorrido completo de agility y otro de jumping y premien al animal que venza en las dos pruebas con la medalla de oro del Campeón de España del CSD, así como otra de plata y de bronce para el segundo y tercer perro. Además, habrá una competición de paragility, variante dirigida a dueños con algún tipo de minusvalía. Con ella, según ha explicado, se buscará atraer "nuevos competidores" para esta disciplina, en la que España ha sido campeona mundial "hasta en dos ocasiones".

"El interés por el campeonato nacional es enorme. Cuando enviamos una carta abierta a todos los clubs para avisarles de que el 30 de junio se cerraba el plazo para inscribirse, hubo una verdadera avalancha de solicitudes. Además, para esta primera edición hemos abierto la participación a cualquiera que quiera entrar y que quede clasificado previamente en las pruebas de las federaciones autonómicas", ha subrayado.

SALTOS, ESLÁLOM Y TÚNELES, ENTRE OTROS

La presidenta de UCA ha explicado que la competición en el agility se desarrolla en varios grados en función de las características de los perros y de los obstáculos a vencer: un grado 0 en el que perros de al menos 12 meses de edad practican con túneles y saltos de 20 a 30 centímetros, un grado 1 en el que se incluyen todos los obstáculos de una competición normal pero en el que los tiempos a batir son todavía bajos, un grado 2 en el que ya tiene lugar la competición en sí y al que acceden aquellos perros que no cometen ningún fallo y, por último, el grado 3, que engloba los campeonatos internacionales.

El recorrido incluye obstáculos como saltos con alturas que oscilan entre 30, 40, 50 y 60 centímetros, según Visser de Ramiro, que ha puntualizado que, eso sí, ningún perro debe saltar una longitud mayor a la suma de su altura hasta la cruz o punto más elevado de sus omóplatos más 10 centímetros adicionales.

Por otro lado, los itinerarios suelen contar con un eslálom formado por una fila de 12 palos separados entre sí por 60 centímetros, a los que el perro entra dejando el primer bastón a la izquierda; de lo contrario, según ha señalado, es sancionado con un "rehúse" o falta. De acumularse tres de estas penalizaciones, sean por el motivo que sean, el animal es descalificado del campeonato.

También existen túneles, balancines, empalizadas, pasarelas e incluso una mesa colocada a la mitad del recorrido a la que se suben los perros y permanecen inmóviles durante una cuenta atrás de cinco segundos que lleva a cabo el juez. No obstante, este último obstáculo ha sido retirado de los niveles más altos de competición por la polémica surgida en torno a errores en la cuenta atrás en pruebas que pueden llegar a ganarse por "centésimas de segundo", según la presidenta de UCA.

"UNA INTERACCIÓN MUY PROFUNDA"

Con respecto a las razas más populares en los campeonatos de agility, Visser de Ramiro ha apuntado al border collie que, según sus estimaciones, constituye el 70 por ciento de perros participantes en las categorías de 50 a 60 centímetros de salto. Esto se debe, según ha indicado, a un "boom" durante los últimos años que va moderándose a medida que la gente se da cuenta de que es un perro "inteligente, muy rápido" pero cuyo aprendizaje es una tarea "difícil" y que exige "paciencia", por su afán de "siempre agradar" a sus dueños, que puede llevar a la confusión de las señales por parte de éstos durante una competición.

A continuación, le siguen razas como el perro de aguas español o la variente Tervueren del pastor belga, que suele compartir podio con el border collie, así como variantes del galgo como la whippet y, para la categoría de entre 20 y 30 centímetros de salto, el caniche pequeño, el ''sheltie'' o el carlino.

"En general, aunque los perros de pastoreo son buenos candidatos para el agility por su capacidad para trabajar a distancia y su rapidez de reflejos, nosotros queremos que éste sea un deporte en el que cualquier persona pueda recoger un animal de una protectora y, con pedigree o sin él, ambos lleguen a ser campeones", ha señalado.

Preguntada por las ventajas que la participación en este deporte podría tener para los perros y sus dueños, la presidenta de la UCA ha incidido en la interacción "muy profunda" que se da entre ambos, que hace que los animales cojan tono muscular y se vuelvan "más obedientes y sociables" y que los propietarios, que solo cuentan "con ellos mismos" para entrenar al perro, ejerciten su físico pero también la mente al tener que memorizar recorridos así como las técnicas y señales empleadas durante los mismos. EN ESPAÑA DESDE 1988

Según Visser de Ramiro, este deporte dio sus primeros pasos en 1978, cuando en Inglaterra, durante una exposición internacional de perros, se decidió organizar como entretenimiento entre sesión y sesión una competición para estos animales basada en los concursos hípicos de salto. Diez años después, en 1988, la disciplina desembarcó por España con la traducción del reglamento de agility del inglés al español y las primeras competiciones reglamentadas en las que todos los perros debían saltar la misma altura de 75 centímetros, "midiesen lo que midiesen".

Desde entonces, ha añadido, España ha enviado a varios ganadores a competiciones internacionales. Ése es el caso de, entre otros, Esteban Díez y su pastor belga ''Kit'', que abrieron este ránking en 1991 al convertirse en campeones del Máster Europeo Agility Royal Canin, Nuria Fortuny y la border collie ''Furia'', ganadoras del European Open Junior de 2008 y 2009, y el tándem formado por David Molina y el perro de aguas español ''Fran'', vencedores del Campeonato del Mundo de 2013 en Sudáfrica.