El Tenerife 14-15 anda bastante lejos de la solvencia que, durante el tramo central de la pasada campaña, exhibió. Solidez defensiva, errores casi inexistentes y un funcionamiento ofensivo mecanizado y perfectamente estructurado en torno a su futbolista más determinante. Álvaro Cervera ve ahora mejor plantilla, "pero mucho peor equipo". Las razones empiezan a estar claras.

El técnico ha venido insistiendo en la importancia de no recibir goles. En estas tres jornadas ha empezado perdiendo. "Puede ser que nos pase factura que se nos adelanten en el marcador y hay que hacer hincapié en hacernos fuertes en defensa", reconocía ayer Carlos Ruiz. De hecho, incluso provoca cierto bloqueo mental. "Llevamos un lastre importante en estas jornadas y también el año pasado, que terminamos perdiendo los últimos siete partidos de Liga", recuerda el central blanquiazul. Aunque la temporada es nueva, gran parte de la plantilla tiene en la cabeza ese tramo final del pasado curso. "Debemos saber reaccionar para darle la vuelta al marcador y que no suceda lo de ayer (por el sábado) en Girona", concede Ruiz.

También se ha perdido el control de los partidos. Si algo caracterizaba al Tenerife del pasado ejercicio es que nunca permitía un juego de ida y vuelta. "En el intercambio de golpes salimos perjudicados y debemos aprender y recuperar ese orden defensivo y esa ambición que nos caracterizaban", recuerda el zaguero granadino. La existencia de fallos graves en cada encuentro ha condicionado la trayectoria insular y "cuestan caro". Ruiz ve en esto "una dinámica bastante negativa".

El único pecado que no termina de reconocer el vestuario es el de la falta de actitud. Ruiz ve más bien ansiedad por "esos nervios o esas ganas de empezar a sumar puntos y estar mejor colocados en la clasificación". Por tanto, las expectativas también traicionan al Tenerife.