"Hay que tener calma y lo repetiré 350.000 veces". No fue la frase más llamativa de la rueda de prensa que ofreció Jacobo Sanz, pero sí la que resume el mensaje que trató de transmitir al tinerfeñismo. El guardameta demostró que no es de los jugadores que se toman sus comparecencias ante los medios de comunicación como simples compromisos en los que conviene tirar de tópicos. En su caso, se animó a compartir su visión sobre el comportamiento del entorno con el equipo y, por lo que se desprende de sus palabras, no se quedó con nada dentro. Como se suele decir en estos casos, habló claro. Siempre, con espíritu constructivo.

"Dentro hemos estado siempre tranquilos, pero no por fuera", empezó comentando al ser preguntado por el efecto del triunfo ante el Mirandés. Y siguió dando forma a su inesperado discurso: "Parece que aquí gusta mucho meter mierda. Hay que tener más tranquilidad para todo. Hay cosas que no terminaré de entender nunca. Quizás somos demasiado exigentes en ciertos momentos. El Tenerife fue lo que fue, pero en el fútbol no se vive del pasado. Lo importante es el día a día. Que a nadie se le olvide que este equipo estaba en Segunda B o que este fue el entrenador que lo ascendió. Aquí, hay demasiada inestabilidad desde fuera en muchos momentos. Parece que intentamos intentar atacar al grupo, a todo lo que podamos. Vamos a dejar trabajar al entrenador y a los jugadores, porque el bien de todo eso es el fin que todos queremos: ganar y estar lo más arriba posible. Parece que tenemos que estar arriba porque sí, pero es el segundo año en Segunda División y tenemos uno de los presupuestos más bajos".

Por si no había quedado alguna duda, insistió: "Si no hay calma, nos iremos todos a la mierda".

En la misma línea, remarcó la conveniencia de no tener demasiadas prisas. "Si los de fuera están en contra nuestra y nosotros nos ponemos en contra de los que están por fuera, al final nos pelearemos todos, esto se convierte en una casa de putas y nos vamos todos a la mierda. Esto es así", añadió Sanz convencido de que "hay que exigir, pero hasta un cierto punto".

En cualquier caso, Sanz advirtió de que el Tenerife "no va a renunciar a nada", aunque volvió a repetir que hay que avanzar "poco a poco", ya que "este club ha estado donde ha estado, pero las circunstancias actuales son otras".

Al respecto, opinó que "se pueden conseguir cotas mayores con trabajo y esfuerzo", pero sin caer en el error de correr demasiado. "No podemos pasar de estar en Segunda B a querer subir a Primera. Los milagros los hace el Papa".

Con todo esto, el portero cedido este verano al Tenerife por el PAOK trató de encontrar un motivo para explicar la relación que existe entre el equipo blanquiazul y sus seguidores. "Quizás la gente es muy exigente por haber visto en otras temporadas al equipo en Primera División o porque después de un gran gasto de dinero llegaron las vacas flacas... No sé qué pudo haber pasado, pero hay que entender que el presupuestos está entre los más bajos de la categoría y que hace dos años el club estaba en Segunda B. ¿Cuántos habrían firmado entonces estar ahora como estamos? Siempre hay que ver el futuro y tratar de mejorar, pero en el fútbol nadie pasa de cero a diez en una temporada, y menos con tantos jugadores nuevos", terminó.

"Los silbidos no ayudan"

"No me gusta que salga un compañero en el minuto 80 y sea silbado. No sé si alguien piensa que eso puede ayudar, pero es todo lo contrario. Nos estamos tirando piedras contra nuestro tejado. Puede ser que en algún momento no estén de acuerdo con alguna acción, pero lo que no puede ser es ir a cuchillo si hay un fallo, en los casos de Javi (Moyano), de Aridane o mío. En el fútbol hay que tener tranquilidad, y mucho más en Segunda División".

"¿Un 4-5? Sin problema"

Jacobo aseguró que no le molesta encajar goles, siempre que los resultados favorezcan a su equipo. "Está bien haber ganado al Mirandés por 1-0, pero si hubiéramos quedado 4-3 no habría tenido ningún problema. Tener la portería a cero nos gusta a todos, pero no tengo ningún inconveniente en ir a Valladolid y quedar 4-5", declaró el portero del Tenerife. "Queremos tener la máxima seguridad atrás, pero el fútbol consiste en más cosas", añadió Sanz.