Roberto Gutiérrez volvió a jugar un partido de Liga casi cuatro meses después de su última actuación en esta competición. La lesión de Jacobo Sanz en Valladolid situó al icodense como la opción clara para ocupar el puesto en el derbi.

Pero el canterano no pudo preparar el partido con Las Palmas como habría deseado. El fallecimiento de su padre en la mitad de la semana hizo que fuera duda para el clásico. Al final, Roberto cumplió y, dentro de las circunstancias, vivió un feliz reencuentro con la Liga. "Fueron días duros para mí. Agradezco el apoyo que me han dado los compañeros, los amigos y nuestra tremenda afición".

Roberto contó que se sintió "muy concentrado" de principio a fin, hasta que completó su actuación con la parada en la falta directa que lanzó Nauzet en el último segundo. "En esos momentos no se piensa nada. Estás metido en lo que tienes que hacer e intentas hacer una buena intervención", explicó.

Respecto al desarrollo del partido, se quedó con la impresión de que el tanto de Momo no le vino mal al Tenerife. "Salimos al campo con una mochila en la espalda y nos liberamos e hicimos nuestro fútbol cuando nos metieron el gol, como nos pasó en Valladolid".

Gutiérrez compartió su deseo de seguir siendo útil. "Trabajo para ser mejor con la ayuda del equipo, del entrenador y del psicólogo, que me tiene muy centrado".