LO del sábado en Pamplona no cambia el argumento de la temporada; al contrario, lo acentúa. os que tienen la responsabilidad de decidir qué hacer en esta delicada situación, si acaso hubiera que tomar decisiones de rango superior, deben tener muy claro a estas alturas que el problema del Tenerife no es su entrenador. Se ha creado un círculo vicioso muy difícil de romper: empieza en los errores individuales, ya demasiado groseros en el caso de los dos porteros, y termina provocando una inseguridad colectiva que casi llama a la desgracia en cualquier jugada.

Este es el único argumento que ayuda a explicar la errática respuesta que tienen ahora jugadores como Moyano o Roberto, especialmente señalados después del sábado. Si sus errores no son consecuencia de la falta de seguridad que tiene el equipo por sus malos resultados, ¿qué explicación hay? Es muy recurrente hablar ahora de su bajo nivel competitivo, pero no olvido que Moyano jugó 39 partidos la pasada temporada y fue titular del equipo que estuvo nueve semanas sin perder, lateral intocable en el mismo once que se colocó a un punto del ascenso en la segunda vuelta. De Roberto se puede decir un tanto de lo mismo. Disputó 31 partidos a un alto nivel, compartió con el equipo una larga racha de imbatibilidad y no regaló ni lo más mínimo. os dos crecieron con la seguridad del conjunto y los dos flaquean ahora en el extremo anímicamente opuesto.

De este trance se sale ganando. De las cosas que realmente están en manos de Cervera, solo se me ocurre que se replantee el doble pivote Vitolo-Sanz. Si es por seguridad, con ellos juntos el equipo tiene una media de dos goles encajados por partido...