Lañnueva edición del Diccionario académico, recién publicada el pasado 16 de octubre, se ha acordado del deporte rey a la hora de ampliar y actualizar el vocabularioñespañol.

Tras contrastar la mayor o menor presencia de una voz o expresiónñen muy diversos medios, la Academia decide qué palabras retirar del Diccionario y cuáles mantener entre sus páginas, cuáles no incorporar añla nómina de las novedades y qué otras sumar a las recogidas en ediciones anteriores.

En términos futbolísticos, puede afirmarse que los académicos son fedatarios yñárbitrosñdel lenguaje.ñYñquien diceñárbitroñtampoco erraría si optase por "réferi", esdrújula conforme a la pronunciación más acorde conñ"referee"ñ(el vocablo inglés del que precede),ño porñ"referí", aguda de acuerdo con la pronunciación predominante en Argentina, según indica elñ"Diccionario panhispánico de dudas".

Ambas formas se consideran válidas y quedan registradasñno soloñenñelñ"Diccionario de americanismos", que ya venía otorgándoles su parabién, sino también ahora enñel remozado Diccionario académico, el Diccionario por antonomasia.

Con ello no se hace sino dar carta de naturaleza a una adaptación que ya campaba a sus anchas en las noticias sobre la Liga BBVA: "Messiñfue agredido por Weligton, pero el réferi no expulsó al jugador del Málaga" o "La pierna del portugués impactó sobre su rival y el referí, Clos Gómez, marcó penal", ejemplos adecuados ambos.

Pues bien: si a partir deñ"referee"ñse ha terminado extendiendo y asentandoñ"réferi"ñoñ"referí", elñ"offside"ñinglés, amén de traducirse comoñ"fuera de juego", se ha adaptado al español comoñ"órsay", con tilde en lañ"o",ñpluralñ"orsais".

Más allá de que esta alternativa refleja con deslizadera libertad la pronunciación original, la belleza de esta voz reside en la coherencia entre su significado y su relación con la Real Academia Española.ñSiñ"órsay"ñfuese un futbolista, su demarcación sería sin duda la de delantero: uno de esos atacantes que "viven" en la línea defensiva del equipo rival, dando un paso adelante y otro hacia atrás para mantener en jaque a los zagueros, siempre al filo del fuera de juego.

Y es que "órsay"ñno es tanto una novedad como unañrendición. Considerandoñla actual familiaridad con el inglés, difícil sería queñ"offside"ñdierañhoy lugar a esteñ"órsay"ñtanñde andar por casa en pantuflos. A buen seguro, si se recoge ahorañesta grafía es porque fue la que se popularizó hace décadas, cuando los hispanohablantes éramos menos políglotas y cosmopolitas, hasta el punto de queñla Academiañlañpropuso para su incorporación,ñsin resolverse finalmente a ello yñcon pronunciación aguda ("orsay", noñ"órsay"), en susñmanualesñde 1984 y 1989.

Quizá por alipori, los miembros de la Academia, en tanto queñjueces y referís, resolvieron dejarñ"órsay"ñprecisamente en orsay.ñPero ahora, asumiendo que su uso se halla efectiva y afectivamenteñasentado entre los hablantes de cierta franja de edad, esta nuevañversión del Diccionario acaba porñprohijarla.

De acuerdo con lo antevisto, en fin, en un ejemplo comoñ"Gol en orsay de Cristiano", habría sido preferible escribir "Gol en órsay de Cristiano", como palabra llana, o "Gol en fuera de juego de Cristiano", optando por la traducción.

Adaptar y traducir extranjerismos, en fin, son recursos consustanciales a toda lengua para acrecentar su caudal léxico. No es una concesión novedosa ni disparatada: no en vano, "réferi" y "órsay"ñno hacen sino alargar la senda ya transitada por términos comoñ"córner/saque de esquina"ñ(deñ"corner") o el sustantivo que da nombre al deporte:ñ"fútbol/balompié"ñ(a partir deñ"football").

La Liga del Español Urgente es una iniciativa de la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y patrocinada por el BBVA, que tiene como objetivo principal el buen uso del español en los medios de comunicación.