"Están siendo días muy duros. Estamos sufriendo nuestro pequeño drama personal y familiar porque vemos peligrar nuestro futuro". El extracto del comunicado que emitió el Uruguay Tenerife no casa con los cánones de lo que deben ser unos días previos a la disputa de un partido de toda una Primera División. Los distintos acontecimientos, a cuál más escabroso, que han venido sacudiendo el devenir del club desde hace ocho días han marcado irremediablemente el denominado, por los jugadores, el cuerpo técnico y la directiva, como "el partido más difícil" de sus carreras.

Como ha venido sucediendo en las últimas semanas, el Uruguay medirá su mala racha (tres derrotas ligueras consecutivas) con la buena de su rival (dos victorias, tras el mal arranque liguero de cinco jornadas sin puntuar), Montesinos Jumilla.

De la mano en la clasificación, décimocuarto y décimoquinto con seis puntos, locales y visitantes intentarán alejar las posiciones de descenso, cuyo límite marca el propio Uruguay, tras el encuentro a disputar desde las 16:00 (hora insular canaria) en el pabellón Carlos García Ruiz jumillano.

Las dificultades se han terminado de acumular para Francis Arocas. El entrenador tinerfeño no va a poder contar con Iago Barro, Víctor Suazo y Pedro Toro, por distintos problemas físicos; ni con Jacinto Delgado, por incompatibilidad laboral. El portero del filial (aunque normalmente entrena con el primer equipo), David García, completará la citación de 11 jugadores y podría debutar en Primera. Entre ellos estará Kike Barroso, una vez recuperado de su lesión de rodilla.

Por la parte murciana, Juan Francisco Gea no podrá contar con el meta Loren, y tendrá la duda de Ique, uno de sus máximos artilleros con cuatro goles en cinco partidos.

"Este es un sueño que hemos construido todos y tenemos derecho a pelear por él". Este continúa en Jumilla. Que se extienda por muchos años.