Ulises Dávila tiene ante sí el reto de cambiar su situación en el Tenerife. Llamado a ser uno de los referentes ofensivos del proyecto blanquiazul 14-15, no ha disputado un solo minuto en los últimos tres encuentros y hasta se quedó fuera de la convocatoria ante el Barcelona B. Álvaro Cervera no termina de encontrarle encaje en sus planes y el mediapunta mexicano tampoco la forma de convencer a su entrenador.

En esta tesitura, la posibilidad de un cambio de aires en el mes de enero está más que abierta. Y es que el jugador necesita minutos para no ver cortada su progresión, algo que también vigila de cerca el Chelsea, que paga gran parte de la ficha del futbolista y quiere verle sobre el césped. En el próximo mes y medio, Dávila tiene un examen cada día. Para empezar, mejorar en los entrenamientos. Su predisposición es buena y hasta realiza un trabajo complementario por las tardes para encontrar su mejor estado de forma. También debe adaptarse a las exigencias físicas y tácticas de un equipo ya rodado y que funciona a velocidad de crucero.

Su no inclusión en la lista de citados para el choque contra el filial del FC Barcelona B fue un aviso, pero no gustó a su entorno. De hecho, su representante se puso en contacto con el club para mostrar su malestar por el escaso protagonismo del excordobesista, así como su preocupación por el futuro. La respuesta fue tajante: es Uli el que tiene que luchar para cambiar su situación.

Las partes quedaron en mantener el diálogo y analizar la situación con la llegada del mercado de invierno. En el Tenerife se mantiene la confianza en Dávila, al que se considera un muy buen jugador y del que se espera mucho. En el Chelsea se exigen minutos para su joven estrella y el propio futbolista quiere jugar y peleará por ganarse la confianza de Cervera... pero sin cerrarse a la posibilidad de abandonar la Isla, algo que ha comentado ya a su entorno.