Raúl Cámara (Madrid, 28-2-1984) ha vivido en el fútbol situaciones más difíciles que la actual en el Tenerife. Por eso, no se asusta y pide calma como solución a los problemas de este inicio de Liga. Es su receta para remontar el vuelo, la paciencia, algo que en el fútbol "casi no existe".

Venda un poco de optimismo

En algunos partidos hemos merecido más y, solo con dos o tres puntos más, estaríamos mucho más arriba. Las diferencias no son tan grandes. Un punto en Ponferrada, el segundo gol contra el Alavés y todo sería distinto.

Sí, pero el equipo está un punto por encima del descenso. Y a la gente le duelen partidos como el del Leganés o el Llagostera.

Pero el aficionado también tiene que ser realista. Yo conozco mucho la categoría y nunca he hablado de algo más que la permanencia. Llegar a los 50 puntos es durísimo. Te cuesta la vida. Y este año, también. La Segunda es muy igualada, pero también es verdad que hay siete u ocho clubes con los que no se nos puede exigir pelear de igual a igual por presupuesto. Hay que tener un poquito más de paciencia. Si te piden más, genial. Porque eso es que la gente ve que puedes dar más. Pero desde la tranquilidad.

¿Pero ve al Tenerife creciendo?

A lo mejor soy optimista por naturaleza, pero yo veo un club que viene en crecimiento. Es verdad que, por historia, merece estar en Primera. Pero hace años tocó fondo descendiendo a Segunda B. Y ahora está ganando respeto. Por ejemplo, se está trabajando bien la cantera.

Hábleme de las cosas que hay que mejorar.

Hay que intentar dejar la portería a cero. En Segunda se crece desde atrás, consolidándose en defensa. Luego, tenemos calidad y velocidad para marcar en cualquier campo. Hemos tenido también partidos muy buenos y otros muy malos. También falta regularidad competitiva porque no podemos dar un día un diez y otro día un dos. La media tiene que ser de siete.

¿Por qué hay días en los que el Tenerife no parece el Tenerife?

Llevamos 14 jornadas y no ha habido tantos días de esos. Pero partidos malos tiene que haber. Hay días en los que no estás, porque somos humanos. También sucede por méritos del rival.

¿Cómo llevan los errores de la portería que tantos puntos han costado?

Puede pasarle a cualquier jugador de la plantilla, pero el puesto de portero es el final. Cada error que tienes casi es gol. La gente les señala mucho. Creo que han tenido mala fortuna, pero yo valoraría su rendimiento en 42 jornadas.

Roberto, por ejemplo, no está al nivel de la pasada temporada.

Esto le va a servir para ser mejor portero. Él viene de una situación personal muy difícil. Por ejemplo, ha perdido a su padre hace poco. Seguro que lo ha pasado mal y se le está juntando un mal momento deportivo. Pero él va a salir de ahí. Va a aprender mucho.

¿Qué peso han tenido los errores individuales?

Nos han penalizado, pero yo prefiero esos fallos a un funcionamiento colectivo en el que dé la impresión de que nos pueden caer cinco o seis goles. Son rachas. Pero también fallamos goles o no estamos acertados en otras facetas. Por mi experiencia, te digo que el tiempo pone a cada equipo donde se merece y creo que merecemos estar más arriba.

¿Y la ausencia de Aitor e Ifrán?

Son bajas importantes. Quítale a Kroos y Cristiano al Real Madrid, salvando las diferencias. Seguro que lo notan. Pero para eso está la plantilla. Aitor es un jugador importantísimo y Diego tiene mucho gol, que es algo que necesitábamos desde el final de la temporada pasada.

En las primeras semanas de Liga se habló de un vestuario roto, dividido.

El grupo sigue estando unido y eso es fundamental para alcanzar un objetivo o no. Yo he estado en otros vestuarios que, con la mitad de cosas que han pasado aquí, no hubieran aguantado.

¿Cómo fue el caso Ruso García?

Sus declaraciones no fueron acertadas. La decisión del club sería conjunta con él y supongo que la mejor salida para ambos.

En los días previos a su salida, ¿hubo problemas con él en los entrenamientos?

Nosotros solo queremos que todo el mundo sume. Ni el míster ni nosotros queremos que alguien reste. Su situación era difícil, pero él sabe que se ha equivocado. Y nos dimos cuenta de que sus formas y actitudes a lo mejor no fueron las correctas. Él no estaba a gusto, no se encontraba y creo que se ha llegado al mejor de los acuerdos.

Cervera ha estado en el centro del debate. El pasado sábado le escuché decir que eso les afecta.

Que la afición grite el ¡Cervera vete ya! no nos gusta. Tenerife es un sitio complicado para entrenar porque hay muchos medios, muchos intereses de mucha gente, pero que a nadie se le olviden las cosas. Hay que tener memoria y recordar la trayectoria del míster. Ha rescatado al equipo de Segunda B y lo ha consolidado el año pasado en Segunda A. También ha hecho debutar a mucha gente de aquí. Por eso, aunque la gente es soberana, nos afecta. También nos sentimos responsables porque, si tuviéramos seis puntos más, no la pagarían con él.

Convenza a la afición para que confíen en el entrenador.

El año pasado salimos de una situación muy difícil. Entonces se tuvo paciencia y confianza. Las cosas acabaron saliendo bien. La experiencia a mí me dice que ese es el mejor camino. Aunque en el fútbol guste demasiado el cambio, tanto de entrenador como de jugadores.

¡Qué daño han hecho esos siete últimos partidos!

Si llegamos a estar más acertados o hubiéramos estado mejor físicamente, podríamos estar en Primera. Despertamos una ilusión. Nos salvamos muy pronto y la gente casi veía aquí a los grandes. Este año se pensaba que con cuatro refuerzos y algo más de presupuesto íbamos a estar arriba. Pero no es tan fácil.