El mejor presidente que ha tenido el Tenerife. Así sigue siendo recordado Javier Pérez diez años después de su fallecimiento. Los éxitos deportivos y el prestigio adquirido por el club predominan en sus dieciséis años como máximo dirigente.

Todo empezó en el mes de junio de 1986, cuando accedió a la presidencia como líder de la Alternativa Blanquiazul, colectivo que se creó para rescatar a un Tenerife en crisis económica y deportiva. De hecho, debía más de 300 millones de pesetas (1.800.000 euros) y había descendido a Segunda División B. De esta manera, Pérez relevó a José López Gómez al frente de la sociedad.

Su estreno fue un indicio de lo que estaría por llegar, pues logró devolver al equipo a la categoría de Plata, éxito que lo llevó a exponer unos planes tan sorprendentes como ambiciosos. No en vano, planteó al tinerfeñismo el propósito de continuar la escalada hacia la Primera División. El 2 de julio de 1989 cumplió ese objetivo, gracias a la inolvidable promoción con el Betis. Esa fecha dio paso al ciclo dorado del club, período en el que el Tenerife logró dos quintos puestos, en 1993 y 1994, con la consiguiente clasificación para la Copa de la UEFA, fue semifinalista de la Copa del Rey en 1994 -perdió con el Celta- y logró otro ascenso a Primera, en 2001.

Sin duda, las apariciones en Europa marcaron aquella época. El debut llegó en la campaña 1993/94, con Jorge Valdano en el banquillo, y tuvo a Auxerre, Olympiakos y Juventus como rivales, mientras que la segunda condujo al equipo a su cima histórica, pues el conjunto de Jupp Heynckes estuvo a un paso de la final en 1997 tras eliminar a Maccabi, Lazio, Feyenoord y Brondby y caer ante el Schalke.

Durante el mandato de Pérez pasaron por la plantilla jugadores como Rommel, Guina, Felipe, Estebaranz, Redondo, Agustín, Mata, Chano, César Gómez, Llorente, Del Solar, Latorre, Pizzi, Dertycia, Jokanovic, Makaay, Marioni o Mista, entre otros que siguen siendo ídolos de la afición.

En el plano institucional, el ciclo de Pérez dejó el capítulo más relevante en la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva, modificación que se aprobó en septiembre de 1991 y que recibió el respaldo de 12.276 socios que se repartieron el capital. Además, creó la Ciudad Deportiva e incrementó el patrimonio del club con otros bienes inmuebles. Pérez también supo defender los intereses del Tenerife en numerosos asuntos relacionados con las leyes del deporte, como los "casos" de los fichajes de Felipe o Mista o los más polémicos, el de la alineación de Jordi en Leganés o la condición de comunitario de Barata. También cerró, con éxito, la negociación de millonarios contratos con las televisiones.

En diciembre de 2002 no contó con el respaldo suficiente de los accionistas y dio paso a Víctor Pérez Ascanio. El 13 de diciembre de 2004, falleció por una enfermedad.