¿Qué mueve a Pier a ser presidente?

Sobre todo, el conformismo que veo que hay y la necesidad de proyectar una ilusión nueva para crecer mucho más.

¿Cómo cree que será el camino que debe recorrer hasta su meta?

No estamos en campaña electoral y el propósito de Miguel Concepción es el de estar hasta 2016. Empecé este proyecto hace un año y medio, aproximadamente, y seguiré avanzando. Cada vez ha ido cogiendo más fuerza. Poder desarrollar esta idea y convencer a todo el tinerfeñismo, porque necesitamos a todos, no es una cuestión de atarlo y punto, sino de ir trabajando. El consejo actual se mueve para aferrarse a su cargo, yo lo hago para tener un Tenerife de todos.

¿Los pequeños accionistas son su única oportunidad?

Lo que no veo bien es que el actual presidente diga que le gustaría que su sustituto fuera tal persona. El que tiene que decidir es el accionista. Me parece muy respetable que Concepción tenga su paquete de acciones, pero hay que tener claro que el club no es de ellos. El futuro del Tenerife está en las manos de los pequeños accionistas. Quiero llevar al club a lo más alto, pero para eso necesito la unión de todos.

¿Pier sería el candidato de la afición, del pequeño accionista?

Una cosa que no me gusta es que, por ejemplo, Miguel (Concepción) se posicione y diga que le gustaría que el siguiente presidente fuera tal persona, Paulino, Corviniano Clavijo o sea quien sea, porque la verdadera decisión la debería tomar el accionista, en general. Y lo que yo represento es un pasado que marcó Javier Pérez, que nos enseñó que es posible soñar con cosas que parecen difíciles.

¿La gestión de Javier Pérez es la referencia, el ejemplo a seguir?

Fue un ejemplo que debe servir para darnos cuenta de que esta sociedad, aunque parezca pequeña a nivel nacional, es muy grande. Javier nos mostró que se pueden conseguir grandes logros.

El club ya no está en causa de disolución ¿Le perjudica que no haya ampliaciones de capital?

Bueno, pero el accionariado está repartido; el consejo de administración no tiene la mayoría. Y tampoco quiero la participación de inversionistas. Tengo amigos que podrían aportar, incluso del extranjero, pero eso no me interesa. No quiero que alguien se haga dueño del Tenerife. Este club hay que manejarlo de otra manera.

¿Cómo contempla la opción de que Paulino Rivero sea promocionado para ser presidente?

Cuantos más candidatos seamos, mucho mejor, porque lo importante es que sean los accionistas los que decidan quién es el próximo presidente, y no que lo determine un grupo de accionistas fuerte. Pero este movimiento nace para dar un cambio en la gestión, no un cambio en las personas. Miguel (Concepción) ha tenido su recorrido, con sus partes buenas y malas, como todo el mundo, pero creo que hace falta un cambio de ideas y de proyecto.

¿Considera que Rivero sería un rival muy difícil?

Lo importante es involucrar a todos los accionistas. Los que van a tener la última palabra son los pequeños accionistas, que son los que tienen la mayoría de las acciones. No es que haya un rival grande o pequeño. Yo muevo la idea de un sentimiento y del tinerfeñismo, pero no soy el salvador. Represento una imagen, pero la clave estará en el grupo de trabajo que vamos a tener.

¿Qué le dicen las instituciones?

Mi idea es despolitizar al Tenerife para que sea un club deportivo. Conmigo, el 80 por ciento del presupuesto del club no vendrá del dinero público. Puedes tener una ayuda del Gobierno y del Cabildo por la promoción que haces de las Islas, pero la principal fuente de ingresos de mi proyecto será el dinero privado, y hay muchas maneras de generarlo. Estamos trabajando en eso y vemos oportunidades en ese sector. Aparte de eso, haremos un descuento mínimo del 25 por ciento en los precios de los abonos y de las entradas. El modelo de la Liga alemana, en cuanto a precios y a la fiesta que se vive por fuera de los estadios antes de los partidos, es un ejemplo.

¿De quién se rodea Pier?

De todos. Ni siquiera descarto a los que están dentro. Tenemos que unirnos todos. Los que están deberían saber que, quizás, hace falta otra manera de hacer las cosas. Ya llegará el momento de presentar a las personas que me rodean, pero es gente muy preparada. Quiero eliminar la imagen de un club presidencialista. Represento una imagen del sentimiento blanquiazul, pero la clave estará en la participación de todos.

¿Quiénes ayudan a Pier en la faceta económica?

Gente preparada, economistas, abogados, especialistas en marketing... La figura de Pier es una imagen, un sentimiento blanquiazul... Pero necesito un equipo de trabajo preparado y lo tengo. Ya lo daré a conocer en su momento.

¿Los que no se toman en serio a Pier se van a sorprender cuando dé a conocer su grupo de trabajo?

Hay mucha gente que me pide que presente mi proyecto, pero todavía no estamos en campaña electoral ni en el momento de hacerlo. Cualquier movimiento en falso podría perjudicar al Tenerife, y eso no lo quiero. Pero estoy seguro de que cuando diga públicamente lo que quiero hacer, más que sorprenderse, a la gente le va a gustar y se va a ilusionar. Se trasladarán unos veinte años atrás, cuando el club era protagonista a nivel nacional.

¿Si tuviera que ponerle un lema a su proyecto...?

Un Tenerife de todos. Mi intención es que, desde la campaña de abonos, la elección del equipaje o el marketing, los aficionados tengan voz y voto y se sientan protagonistas. Creo que el lema de esta temporada ("Lo mejor está por llegar") es un error, porque te lleva a pensar que lo que estamos viviendo ahora no sirve para nada. Los lemas tienen que marcar algo y el Tenerife tiene que vivir del presente y del pasado, pero no del futuro.

¿Cómo califica la gestión de Miguel Concepción?

Ha hecho cosas buenas y malas. Pero el club necesita un impulso distinto, que cambie todo el organigrama y toda la idea de cómo manejar el Tenerife.

¿La deuda se puede eliminar sin perder patrimonio?

El problema del Tenerife actual no solo es que haya perdido patrimonio urbanístico, sino que ha perdido patrimonio deportivo. Con la marcha de Ayoze Pérez se perdió un cheque en blanco. En vez de fichar a once jugadores de fuera, la idea debió consistir en dar continuidad al modelo que inició Quique Medina para tener un mayor patrimonio deportivo.

El tercio de la faceta deportiva. ¿El Tenerife debe ser vendedor?

El club necesita tener un patrimonio deportivo que le genere ingresos con futbolistas que pasen al primer equipo y que, el día de mañana, estén en el mercado nacional. Y el dinero que se obtenga hay que invertirlo en los jugadores que vienen desde atrás. Mi Tenerife pasa por una mayoría de jugadores canarios y 4 o 5, como mucho, de fuera que marquen diferencias.

¿Habría sido posible dejar en el equipo a Ayoze Pérez y Bruno?

Si en su día les hubiésemos tratado con cariño, diciéndoles lo que querían escuchar, todo habría sido diferente. Les ofrecieron menos de lo que merecen y los perdimos. Nos quedamos sin un cheque en blanco por no tener a Ayoze. Con él se habría podido subir a Primera División esta temporada. Y con Bruno, igual.

¿Se puede competir en Segunda con una mayoría de canarios?

Y en Primera. Pero estamos en Segunda y hace falta crear un proyecto con una base mayoritaria de futbolistas de aquí.

¿Qué haría con la Ciudad Deportiva?

Sería el momento de plantearse sin conviene cambiarla de sitio, pero ya que existe, la idea sería mejorarla pensando en lo que necesitan los futbolistas jóvenes para seguir creciendo. Por ejemplo, tenemos un problema muy grande con los vestuarios que hay.

¿La relación del club con su entorno es mejorable?

Por supuesto. El club necesita expandir su imagen a toda la Isla. Ahora mismo, es un club cerrado en Santa Cruz y creo que hay que abrir las fronteras hacia toda la Isla y toda la provincia. Hay muchísimas posibilidades de desarrollo. Por eso digo que hace falta un cambio de personas, de ideas y de gestión.

¿Tiene buena imagen en la Isla?

Si preguntas a todos los equipos de la base, te das cuenta de que hay muchísimo terreno que explotar.

¿A qué número de socios aspira?

Generando una ilusión nueva y acomodando los precios a lo que la sociedad puede permitirse, entre 12.000 y 15.000.

¿Incluso en Segunda?

Incluso. En esta provincia no tenemos las posibilidades de las que hay en la Península para acercarte a otras ciudades y asistir a cualquier espectáculo. Ir a ver al Tenerife cada quince días tendría que ser un evento muy atractivo para todos, pero no solo por el partido, sino por todo lo que rodea al fútbol. Los días de partido tendrían que ser días de fiesta en los que esa fiesta terminara viendo al Tenerife.

¿La atención a los exjugadores es otra asignatura pendiente?

Muy pendiente. Quique Medina consiguió que el presidente de los veteranos o el jugador con más partidos fueran al palco. Todos los veteranos tienen derecho a sentirse importantes, y que la cantera los conozca.

¿Le asesorarán los veteranos?

En mi proyecto hay muchos personajes históricos del Tenerife. Eso es fundamental, sobre todo para la gente joven.

¿Qué opina del Tenerife actual?

Se equivocaron fichando. Solo hay dos o tres jugadores muy aprovechables. El resultado de todo eso ha sido empezar de cero con jugadores que no dan el nivel deseado y cortarle el paso a los que podrías estar sacando. En cuanto a la manera de jugar, creo que hay más equipo de lo que representa la clasificación. Hay potencial para ser más protagonista en los partidos.

¿Qué piensa de Cervera y de que le renovaran hasta 2018?

Se ganó la renovación tras ascender al equipo y mantenerlo en Segunda, pero creo que el club se hipotecó al darle tantos años porque si al nuevo consejo no le gusta, tendrá que asumir un contrato que ya está firmado. El error fue renovarlo más allá del mandato del presidente.

¿Aprueba estructuras como la de la comisión deportiva?

No, para nada. Álvaro ha demostrado que es un entrenador preparado, pero esa manera de funcionar no es la adecuada. La intentó el Real Madrid con Mourinho y no salió bien.

¿Qué modelo defendería?

Que el presidente no sea el jefe, sino que esté bien rodeado. La dirección deportiva no estaría encabezada por una persona. Eso está anticuado. Hacen falta tres o cuatro personas preparadas y siempre en comunicación con el presidente, que, en este caso, sería un hombre de fútbol. A partir de ahí se tomarían las decisiones. Con cuatro o cinco profesionales en la dirección deportiva, las posibilidades de error serían menores.

¿Esas personas están en Tenerife o serían de fuera?

Algunas son de aquí y otras pueden ser de fuera. Jugué en el Sporting y en el Betis y defendí a esos equipos como si fuera de Gijón o Sevilla. En la época de Javier Pérez, la presencia de la cantera fue escasa y los que vinieron de fuera tuvieron el mismo sentimiento que los de aquí. Esa identificación se ha perdido y habría que volver a instalarla incluso en el club.

Otro nombre propio: Quique Medina.

Tuvo una salida del club inmerecida, al igual que David Amaral en su día. Si renovaron al entrenador al entender que su trabajo había sido bueno, Quique estuvo, por lo menos, a esa misma altura. No mereció salir así. Si consigo ser presidente, tendrá las puertas abiertas. Él y todos.

¿Ve al Tenerife recuperando poder en el mercado?

Javier Pérez tuvo muchos contactos y, por lo que estoy viendo, eso es algo que se ha perdido. El Tenerife ya no tiene el gancho de antes para poder convencer a los futbolistas.

¿El Tenerife ganaría en imagen con Pier?

No solo conmigo. Nosotros tenemos que explotar lo que tenemos. El Tenerife tiene su imagen por lo que pasó en los noventa, pero ese respeto se ha ido perdiendo y hay que recuperarlo. Se puede hacer, y no solo en el ámbito nacional.

¿El Tenerife ha perdido peso en la LFP, la RFEF...?

Sí, porque cuando estoy en las reuniones de la Federación veo que el Tenerife no tiene la repercusión que tuvo con Javier Pérez, que tuvo una relevancia tremenda en la Liga. Ese respeto se ha perdido y es clave recuperarlo por el inconveniente de la distancia con la Península.

¿Cuál es su visión general de cómo está tratada la cantera?

No me gusta, porque, a pesar de que últimamente están debutando futbolistas, no se hace por convicción. Poner a Carlos a jugar y decir que en enero vas a fichar a un portero, no es valorar lo que tienes. Apareció un portero por las circunstancias que fueron y creo que tiene unas condiciones innatas y una personalidad muy interesante. Deberíamos olvidarnos de fichar. Lo mejor sería confiar en este chico.

¿Cómo le gustaría que jugara el Tenerife?

Cuando llegaron Valdano y Cappa se crearon unas señas de identidad. Veníamos de un fútbol condicionado por la figura de Rommel, que para mí fue un ídolo y un maestro, pero con Valdano y Cappa, y luego con Heynckes y Benítez, la gente iba al estadio sabiendo que iba a ver a su equipo ser protagonista. Quizás, ahora se busca otra cosa y se vive más del contragolpe y de la velocidad, pero creo que el Tenerife tiene potencial para ser protagonista. La gente no demanda solo resultados, también quiere otro estilo.

¿Las Palmas es un espejo?

Nos sacan diez años en la cantera, sobre todo por la fe que tienen. Claro que podemos competir con ellos, tal como se vio en el último derbi, pero si vas al proyecto o a la idea, nos sacan años de diferencia. Nosotros optamos por la cantera por necesidad y ellos lo hacen creyendo.

¿Cómo sería la convivencia con Las Palmas bajo su mandato?

Tenemos que buscar que los dos estemos en Primera División.

¿Le molestó que Miguel Concepción se quejara de su colaboración con Televisión Canaria?

Sí, por supuesto. Estuvo fuera de lugar, primero porque nunca he utilizado este medio para hablar de mi deseo de ser presidente, y segundo, porque yo siempre he respetado su camino y sus empresas, con las que puede tener problemas o no. El hecho de que haya más personas que quieran postularse tendría que ser un incentivo y no una razón para pensar que te están perjudicando, y en eso se ha equivocado, sobre todo por querer dar lecciones éticas.

¿Se sintió aludido por lo que dijo Alfonso Serrano sobre que hay tinerfeñistas que no quieren que gane el Tenerife?

No. Tengo la cabeza llega de cicatrices por el Tenerife. Se equivocó totalmente. Un director deportivo tiene que preocuparse de fichar jugadores que aporten, y de los once que hizo muy pocos lo están haciendo. Una persona que se fue en su día y que ha vuelto tampoco puede dar lecciones de tinerfeñismo a la gente. El presidente fue el primero en llamarle la atención.