El Tenerife no puede fichar todavía. A dos semanas para la apertura del mercado invernal necesita aligerar su plantilla para acometer las necesarias contrataciones que cubran las carencias generadas durante el verano. De momento, solo Ruso García ha formalizado su desvinculación del club. Pero no sucede lo mismo con Juan Carlos García y Jacobo Sanz.
En el caso del internacional hondureño, Alfonso Serrano mantiene abiertas las conversaciones con el Wigan inglés, propietario de los derechos del defensor, para alcanzar un acuerdo que permita romper el año de cesión que había conseguido en verano. La imposibilidad de inscribir al futbolista por su consideración de extracomunitario aconsejaron su salida. Pero no fue el único motivo. García tampoco quiso esperar la posible salida de Ulises Dávila, puesto que Álvaro Cervera no iba a darle demasiados minutos y prefirió abandonar la Isla.
Distinto es el caso de Jacobo Sanz, que tiene apalabrada su salida del Tenerife. Las conversaciones entre el portero y su club de procedencia, el PAOK, se han estancado. Los griegos no le quieren de vuelta antes de junio y han instado a sus representantes a buscarle otro equipo en el mercado de invierno. A la espera de ofertas, ha desaparecido del mapa. De hecho, el permiso firmado por la entidad blanquiazul para que dejara de entrenarse expiró hace semanas sin que el profesional vallisoletano diera señales de vida. De no cumplirse las condiciones exigidas desde Salónica, no sería descartable un despido por motivos disciplinarios que liberara su ficha blanquiazul.
Con García y Sanz fuera, el primer fichaje podría llevarse a cabo. Dani Hernández, con el que existe un acuerdo hasta el 30 de junio, firmaría en cuanto se confirmara su salida del Valladolid. Para el segundo, haría falta algún movimiento más. El candidato principal es Ulises Dávila. Como publicó EL DÍA el pasado 6 de noviembre, el mediapunta mexicano tenía 45 días para convencer y convencerse. Ni Cervera le concede un papel protagonista ni él está del todo a gusto en la Isla. En esta tesitura, su salida es factible. Pasaría, eso sí, por encontrar otro club en España para que logre la doble nacionalidad.