El CD Tenerife celebró ayer, en primera convocatoria, la junta general ordinaria con el resultado de la aprobación, por la mayoría de los accionistas presentes y representados, de los puntos del orden del día correspondientes a las cuentas y la gestión del ejercicio 13/14 y al nombramiento de los auditores hasta el final del curso 2016/17. El acto tuvo lugar en el hotel Escuela de la capital tinerfeña y se acercó a las dos horas de duración.

Participaron ocho accionistas con 1.104 acciones y representantes de 1.622 accionistas poseedores de 90.934 títulos, con lo que se cubrió el 51,81 por ciento del capital social (175.515 acciones).

Tras la presentación de Miguel Concepción, en la que defendió la implicación de los consejeros y destacó la labor del anterior presidente, Víctor Pérez de Ascanio, que estuvo presente, se procedió a dar el visto bueno a las cuentas.

La directora financiera del Tenerife, Melania Rodríguez, repasó lo más relevante de los números. La deuda a 30 de junio de 2014 es de 19.415.000 euros, casi 3 millones menos que en el ejercicio anterior. Este avance se logró por medio de la disminución de 1,7 millones de la deuda con las entidades de crédito, con la venta de las oficinas del Callejón del Combate y con una reducción de 620.000 euros respecto a los proveedores, y con 732.000 en relación a los organismos públicos.

Rodríguez explicó que el cambio de categoría, de Segunda B a la Liga Adelante, provocó un incremento de 1,2 millones de euros en el coste de la plantilla y de 1,7 millones en otros gastos relacionados con los viajes o los arbitrajes. Pasando a los ingresos, el aumento más destacado (de 4 millones) llegó por la cifra de negocios generada por los ingresos en las taquillas, la publicidad, los derechos de televisión... Pero también se incluye la imputación de la subvención del uso y disfrute del estadio, la venta de las oficinas del Callejón del Combate y el traspaso de Ayoze.

En definitiva, el club finalizó con un beneficio de 1,7 millones de euros, después de impuestos.

Dos asuntos planteados por varios de los socios acreditados antes del turno de ruegos y preguntas, provocaron momentos tensos. En primer lugar, no resultó convincente -por ejemplo, para Pier Cherubino- que el Tenerife exigiera saber el sentido de los votos de los accionistas representados en el momento de tramitar las acreditaciones. El abogado Fernández Carrillo aclaró que el club siempre ha procedido igual y que con ello se intenta agilizar las juntas. En cambio, el resultado no fue el pretendido, al menos anoche, debido a la confusión provocada por la obligación de algunos accionistas de emitir varios votos.

Pero fue otra inquietud la que llevó a Concepción a elevar la voz. El accionista Manuel Viro pidió que le aclararan si el club había dado créditos a cuatro consejeros por 300.000 euros y que se demostrase si esos préstamos tienen que ver con los impuestos derivados de la compra de una parcela situada junto a la Ciudad Deportiva. Melania Rodríguez recordó que en 2011 se proyectó la venta de la citada finca y que se pidió la colaboración de ocho empresarios, que aceptaron asumir la hipoteca. La operación no supuso ningún traspaso de efectivos, pero sí gastos y cargas, como la repercusión del IGIC, que es el que aparece en el activo del balance de situación del club. "No es un préstamo a directivos, sino una cantidad que adeudan y que está reflejada en el activo. Eso no significa que condonemos la deuda". Tras un intercambio de pareceres entre Concepción y Viro, por la queja del presidente de que el accionista había querido tener su "minuto de gloria", Pier intervino con el fin de solicitar transparencia. "¿Los 300.000 euros han salido del club o no? No me ha quedado claro", preguntó Cherubino. "Lo estamos pagando momentáneamente, pero es a largo plazo y tenemos reconocido el derecho de cobro", respondió Rodríguez.

Al llegar a las votaciones, las cuentas fueron aprobadas con 74.026 apoyos (81 por ciento), por 16.882 votos negativos (Pier levantó la cartulina roja) y 26 abstenciones. El segundo punto también recibió el respaldo de los accionistas, con un reparto de los votos similar: 80,93 por ciento a favor y 18,57 en contra.