El Valencia Basket recibe mañana al Iberostar Tenerife dispuesto a explotar el "Efecto Fonteta", su habitual solidez en el pabellón valenciano de la Fuente de San Luis para acercarse a la participación en la Copa del Rey.

Con la situación actual, el equipo de Velimir Perasovic depende de sí mismo para certificar su presencia en el torneo al final de la primera vuelta dentro de tres jornadas, pero un solo tropiezo, combinado con otros resultados podría arrebatarle esa ventaja.

Los altibajos que hasta ahora han marcado su trayectoria han sido mucho menos perniciosos en casa, donde ha ganado seis de sus siete partidos ligueros, mientras que como visitante ha perdido cinco de sus siete encuentros en la ACB.

Con esta situación y antes de visitar la próxima jornada al Bilbao Basket, el Valencia necesita asegurar el triunfo ante el conjunto tinerfeño para no multiplicar el riesgo de quedarse fuera de la cita copera.

El equipo valenciano afronta este encuentro tras haber derrotado en casa al FIATC Joventut en un partido en el que supo compensar la falta de confianza que arrastra por su irregularidad con una notable labor defensiva.

Además, el liderazgo de Pau Ribas le ayudó a encontrar el camino de la canasta cuando se atascó, una guía que le podría volver a ser útil dado el gran estado de forma del escolta catalán.

En cambio, el regreso tras su lesión de Sam Van Rossom ha reducido notablemente el protagonismo de Nemanja Nedovic que, pese a jugar ahora como escolta, se ha visto penalizado por sus errores a la hora de tomar decisiones.

Los próximos encuentros mostrarán cómo va a reorganizar Velimir Perasovic la concurrida rotación exterior, a la que ha regresado también Vladimir Lucic al recuperar el técnico la confianza en Luke Harangody y Pablo Aguilar en el puesto de ''cuatro'' al que había reconvertido al serbio.

Para este encuentro, Perasovic podría recuperar a Serhiy Lishchuk, que ya se ha ejercitado con sus compañeros tras su lesión muscular.